El pasado domingo el Partido Revolucionario Institucional demostr? por qu? es una instituci?n pol?tica s?lida, cohesionada y con una firme voluntad de renovaci?n. Luego de esta contienda, el PRI resulta fortalecido democr?ticamente y ser? una oposici?n firme y combativa.
Contra los pron?sticos de comentaristas y a contrapelo de algunos actores internos que apostaban al fracaso de un proceso abierto a toda la militancia, se llev? a cabo, por primera vez en nuestra historia contempor?nea, la elecci?n de la dirigencia nacional. Adem?s, destaca que de todos los presidentes nacionales de los partidos que cuentan con registro en M?xico, ?sta es la dirigencia electa por m?s votos de su militancia.
Seg?n las encuestas de salida y los datos preliminares con que contamos, resultaron electos Alejandro Moreno como presidente y Carolina Viggiano como secretaria general, para el periodo 2019-2023, cuatro a?os fundamentales para la reconstrucci?n del PRI, su renovaci?n y fortalecimiento de cara a las elecciones intermedias federales y 13 locales programadas para 2021. Se trata de una dirigencia que llega con un ampl?simo apoyo de la militancia priista, lo que significa una gran legitimidad y unidad al interior del partido para enfrentar los retos y desaf?os del presente y futuro.
Luego de la severa derrota de julio de 2018, el partido transit? por un dif?cil proceso en el que, finalmente, Claudia Ruiz Massieu fue electa presidenta en el momento m?s complejo de la historia del partido y, meses m?s tarde, me correspondi? acompa?arla como secretario general.
Ante el autoritarismo del nuevo gobierno y su mayor?a en el congreso, nuestras bancadas mostraron su capacidad y experiencia con intervenciones determinantes para frenar arbitrariedades y moderar excesos. Sin su contrapeso, el deterioro de los ?rganos aut?nomos, de las pol?ticas p?blicas y de asuntos vitales como la Guardia Nacional hubieran tomado un curso desastroso.
A seis meses del rev?s de 2018, el PRI gan? las elecciones extraordinarias celebradas en Monterrey, capital de un estado con gran relevancia econ?mica y electoral. En las elecciones de junio pasado, los resultados no fueron lo que hubi?semos querido, pero tampoco supusieron el hundimiento, como muchos auguraban. Prevaleci?, en general, una fuerte inercia en el electorado en favor de la expresi?n que hab?a arrasado un a?o atr?s, pero el balance sigui? siendo estimulante.
El ciclo cubierto por la dirigencia actual del PRI estuvo a la altura de ese reto hist?rico, estableci? claras prioridades: darle todo el valor a la militancia, desplegar un intenso ejercicio de reflexi?n y diagn?stico sobre las causas de la derrota, recuperar las causas y razones de la ciudadan?a, renovar los ?rganos de direcci?n en todos los ?mbitos y conducir el proceso de renovaci?n de la dirigencia nacional.
Lo logrado hasta ahora es apenas el comienzo de la ruta trazada para la renovaci?n democr?tica del PRI. Contamos para ello con la fortaleza de una militancia que super? el des?nimo y el fantasma del fracaso, una militancia que organiz? y atendi? un proceso que arroj? resultados claros, contundentes e inobjetables. Al final, todas, todos, resultaron ganadores, porque ya la f?rmula que obtuvo m?s votos hizo un llamado a las otras contendientes para sumarse a la tarea que a?n tenemos por delante como partido.
La elecci?n abierta de dirigentes y candidatos no tiene marcha atr?s. As? tendr? que ser en lo sucesivo para todos los cargos y candidaturas. La deliberaci?n y la acci?n democr?tica ser? clave para celebrar a principios de 2020 la XXIII Asamblea Nacional, para actualizar nuestra agenda, nuestra organizaci?n y renovar nuestra alianza con la sociedad. Como militante, seguir? trabajando en favor de un partido que ha sido pieza fundamental de la evoluci?n y bienestar de M?xico.