La pluma del Viajero
Entré medio borracho a la casa y papá estaba ahí, de pié y con una nueva sonrisa. A leguas se veía feliz de verme ahí. -Pásele, mijo, que gueno que llegó. ¿Y mi nuera? -Una disculpa pá, por la hora, casi se acaba el día. Ya sabe, cada año vamos a casa de mi suegro […]