Por/Factor
Senadores de Morena rechazaron la realización de operativos donde se priorice el uso de la violencia en contra de los cárteles, pues aseguraron que eso representa una contradicción con la estrategia de seguridad que se impulsó desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, resumida en la frase “Abrazos, no balazos”.
“La realización de operativos que prioricen el uso de violencia en contra de los cárteles representaría una contradicción con la retórica que se ha planteado desde el sexenio pasado, posibilitando la creación de un distanciamiento con la sociedad y el gobierno federal”, se menciona en un documento titulado “Análisis sobre la designación como terroristas de los cárteles”. El documento, que fue autorizado por algunos senadores morenistas y que aún se considera un “borrador”, menciona que estos operativos posibilitan un posible distanciamiento con la sociedad y el gobierno federal y hasta grupos, añade, “alentados por la narrativa de la oposición”, pueden realizar movimientos sociales que recriminen la existencia de elementos militantes extranjeros en México. “Aminoraría la legitimidad social y la capacidad de gobernar; los objetivos de Estado Unidos se impondrían a los objetivos nacionales.
(Además), afectaría directamente la soberanía y autodeterminación del Estado mexicano, por lo que la postura anti-injerencista señalada por la presidenta Claudia Sheinbaum es congruente con la Constitución y las Leyes Federales”, señala. Además, sostiene que el planteamiento ideológico de la Cuarta Transformación con respecto al combate a la violencia versa en torno a un tratamiento social, donde se atienden las causas que originan la violencia y en particular a los jóvenes para desincentivar la captación de estos a las filas del crimen organizado. También señala que la presencia de militares extranjeros que combatan a los cárteles mexicanos en territorio nacional afectará el trabajo soberano de las autoridades y eso puede mostrarse como la ausencia de coordinación y capacidades técnicas de las fuerzas armadas y de seguridad.
“Las operaciones que lleven a cabo los elementos militares extranjeros podrían ser contrarias a los protocolos de actuación de las fuerzas nacionales. Pasando por alto sus propias facultades o las indicaciones brindadas por la presidenta de los Estados Unidos Mexicanos”, se menciona en el documento.