Por/factor
Corea del Sur. – Corea del Sur ha establecido, este viernes, un comando militar conjunto para monitorizar las operaciones de drones, en medio de los esfuerzos para redoblar el uso de los activos no tripulados, a fin de responder a las crecientes amenazas militares de Pyongyang. El Estado Mayor Conjunto (JCS, según sus siglas en inglés) celebró una ceremonia conmemorando el establecimiento del Comando Operativo de Drones -el primer comando de combate conjunto del Ejército, en el que se involucra a todos los servicios armados- en un área cercana de la ciudad fronteriza de Pocheon, a unos 50 kilómetros al nordeste de Seúl.
El comando utilizará, principalmente, activos no tripulados para llevar a cabo sus operaciones defensivas, ofensivas y de disuasión de diversas amenazas asimétricas del enemigo, incluidos drones, armas nucleares y armas de destrucción masiva de otro tipo ante una contingencia, según el JCS. La unidad también estará a cargo de realizar operaciones de vigilancia, reconocimiento y ataque, así como de la guerra psicológica y electromagnética a nivel estratégico y operativo.
El comando planea adquirir activos disponibles, hasta finales de este año, a fin de garantizar que las operaciones puedan llevarse a cabo de forma inmediata, según dijo el JCS, añadiendo que está presionando para desplegar, rápidamente, varios drones de avanzada a través de procedimientos de adquisición por la vía rápida. En un mensaje leído en nombre del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, el mandatario dijo que, mediante la disuasión de diversas amenazas provocadoras asimétricas, como los drones norcoreanos, y la obtención de capacidades y una postura para castigar duramente las provocaciones, el comando de operaciones de drones debe convertirse en una unidad que infunda miedo al enemigo y confianza al pueblo.
El establecimiento de la unidad tuvo lugar mientras Corea del Sur ha estado buscando impulsar sus medidas contra los drones después de las incursiones de drones norcoreanos, el año pasado. Cinco drones norcoreanos cruzaron la frontera intercoreana, en diciembre, y uno de ellos penetró en una zona de exclusión aérea cercana a la oficina presidencial surcoreana, en Seúl.
