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PARALAJE

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Por: Hugo Díaz

Peligro al volante

Me quedé estupefacto por algunos segundos viendo detenidamente la fotografía con la que vestían la nota de un accidente en la zona centro de Sabinas que habría ocurrido minutos antes de la publicación de la misma. Una camioneta literalmente dentro de un local (herbario) cuyas medidas oscilan entre los 10 por 7 metros cuadrados.

La camioneta estaba perfectamente estacionada en el interior, para ello había subido una banqueta de medida estándar, derribado una pared estándar que sostenía una vidriera convencional. La camioneta recorrió para lograr entra al local, si usted quiere 15 metros, lo de la velocidad al rato lo vemos.

Por fortuna solo hubo daños materiales (si a eso se le puede llamar fortuna toda vez que los daños son cuantiosos), el protagonista central de este incidente, un hombre de 80 años de edad.

El octagenario conducía una camioneta Voyager misma que antes de entrar al local de manera intempestiva, impactó tres vehículos más y otro local, todo esto se desarrolló en pleno centro a cuadra y media de la plaza principal en una superficie de 50 por 20 metros, en una estampa propia de una  película de acción del cine mexicano.

El punto central es claro, ¿Qué hace una persona de 80 años conduciendo una unidad automotora?, puede que se antoje una pregunta tonta, sin embargo si reparamos en porque sucedió este accidente y el resultado que pudiera haber tenido, nos invita a reflexionar en la pregunta anterior.

Lo que provocó el accidente no solo fue una confusión del acelerador con el freno y viceversa fue una clara falta de pericia para manejar la crisis en la que desde el primer impacto se vio involucrado el presunto responsable, y no estamos pensando que intentó escapar del lugar de los hechos, simple y sencillamente trató de incorporarse de manera correcta a las cinta asfáltica pero los nervios lo atraparon y siguió causando daños, por fortuna, ninguna persona se le atravesó en el camino, lo único que detuvo la marcha del vehículo fue la pared al interior del local, por ello quien intentó brindar el auxilio en primera instancia la primera indicación que le dio fue apagar el motor, pues se temía que siguiera oprimiendo el acelerador y el problema creciera.

Este no es un accidente cualquiera, se trata de un hecho que debe ponernos a pensar cuantas personas como Don Romualdo se postran a menudo frente a un volante para conducir una unidad automotriz, esto es, si hay legalmente una edad para que se te pueda otorgar una licencia de manejo, se deberá legislar para establecer una edad en la que ya no se otorguen licencias por condiciones más que obvias.

Para nadie es desconocido que conforme la edad del ser humano crece van con ello mermando diversas habilidades motrices e intelectuales, algunas de ellas necesarias para manejar de manera efectiva una unidad automotriz.

El punto es quien le pudiera entrar a este asunto, ¿pudiera iniciarse  a trazar la ruta desde una ayuntamiento o tiene que ser desde el congreso del estado?, ¿Cuáles son aquellos parámetros que serían clave tales como edad, valoración médica, a petición familiar etc. Para poder legalmente negar una licencia de conducir a una persona de la tercera edad?

Hay chamba!

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