La temporada de Fórmula Uno ha llegado a su pausa de mitad de temporada, luego de la realización del gran Premio de Bélgica el pasado domingo. Ahí, Red Bull continuó con su aplastante dominio, al sumar su decimosegunda victoria en 2023, en el mismo número de carreras disputadas; además de que el vigente bicampeón mundial Max Verstappen sigue su paso imparable rumbo a una nueva corona.
El triunfo del neerlandés sirvió, además, para ratificar que hoy no hay mejor piloto en el serial, incluso no hay ni siquiera quien se le acerque, eso incluye a su coequipero Sergio Pérez quien parece haber dejado atrás los malos momentos, quedando en el segundo lugar, para afianzar su posición en la tabla del campeonato. Uno de los temas más sonados es que la escudería austriaca ha hecho todo lo posible por sabotear al piloto tapatío. Teorías de conspiración circulan no sólo en redes sociales y Youtube, también son respaldadas por comunicadores.
Toda esta vorágine de comentarios ha tomado fuerza, entre un sector de la afición mexicana, que se siente agravada por la supuesta mala fe del equipo austriaco; gente que escucha a autodenominados conocedores del tema y a expertos, gritar a los cuatro vientos que no hay piso parejo para los dos pilotos de la escudería campeona del mundo. Es una pena que, en lugar de estar celebrando lo que está logrando, se pierda tanto tiempo debatiendo sobre una conspiración en su contra.
Cuando el tapatío llegó a Red Bull, se sabía perfectamente cuál era su papel, el de ser un sólido segundo piloto, capaz de conseguir regularmente podios, y por qué no, ganar carreras; darle a Max el compañero ideal que no había tenido hasta ahora, un piloto, experimentado, cerebral, que cuida los autos, y que además traía una importante inyección de capital al equipo. No había duda de mi parte, el neerlandés era y sigue siendo quien encabeza el proyecto, es un talento generacional, al que le apuestan las cabezas de la escudería, Christian Horner, Helmut Marko y Adrian Newey, y los resultados soportan el plan trazado por ellos: Red Bull va a ganar su segundo campeonato consecutivo, Verstappen será tricampeón, y el mexicano va rumbo a un histórico subcampeonato para nuestro país.
Desafortunadamente, existen personas que no han entendido que el auto, por obvias razones, está pensado en las cualidades del monarca mundial. Tras el inicio de la campaña, muchos creyeron que el título era posible y han llevado al extremo sus teorías. El tapatío ha tenido en sus manos un gran auto, y a los resultados me remito, va con tranquilidad en segundo lugar, ha ganado un par de carreras, y ha acumulado varios podios. Hasta ahora, ha cumplido muy bien con el papel que le fue asignado, logrando resultados que hace unos años eran un sueño para los mexicanos, y que son históricos para el deporte nacional. Hay que celebrar lo que ha conseguido y lo que está por venir.