Home OPINIÓN La pasión se desbordó en la Cámara alta, tras la negativa de la presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, de presentar una controversia constitucional en contra del decretazo.

La pasión se desbordó en la Cámara alta, tras la negativa de la presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, de presentar una controversia constitucional en contra del decretazo.

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Un pleito incubado en Palacio Nacional, cuna del “acuerdo interno” —así llaman oficialmente al decretazo—

que clasifica las obras insignia de la 4T como de “seguridad nacional”, con todo lo que ello implica en materia de opacidad.

 

Fue un debate ríspido, plagado de groserías, descalificaciones y acusaciones mutuas. Los intercambios llegaron al terreno de lo personal, a lo irracional, a la rudeza innecesaria.

 

El tema merece más que vísceras. Es un golpe al derecho a la información que tenemos los mexicanos. El Senado no tiene por qué ser cómplice del Ejecutivo en este asalto a la transparencia.

 

La pelea estelar fue protagonizada por la senadora del PAN, Lilly Téllez y la propia Olga Sánchez Cordero. El torpe manejo de la presidenta de la Mesa y su desconocimiento del reglamento atizaron las diferencias.

 

Las fundamentalistas de Morena —Antares Vázquez, Margarita Valdés y compañía— la hicieron de auxiliares de la exministra. No bajaban a Lilly de “traidora” y de no tener “cerebrito”.

 

La panista abrió fuego. Subió brava a la tribuna. En su cabeza un tuit de Sánchez Cordero dirigido a ella, sin mencionarla. Escribió que la sonorense carece de argumentos jurídicos y está ansiosa de reflectores. “Lo único que le queda es la grosería”, aseveró.

 

Respuesta de Téllez en su intervención en tribuna: “grosería es apoyar el secretismo para hacerle al Presidente de la República no una caja chica, sino una caja grande de dinero ajeno para que él pueda disponer a diestra y siniestra del dinero de los mexicanos para sus caprichos.

 

“Grosería es faltar a la transparencia y usted ser cómplice de ese secreto para que a los mexicanos no nos digan en qué se gasta, cómo se gasta, a quién se le da, en qué condiciones, en dónde, por qué, a quién se beneficia y a quién se perjudica con el dinero de nosotros los mexicanos.

 

“Grosería, senadora Sánchez Cordero, es haber jurado guardar y hacer guardar la Constitución y lo único que usted está haciendo guardar aquí son sus intereses ilegítimos para obtener favores personales del Presidente; Presidente que, por cierto, la despidió en una forma humillante y por eso está sentada aquí, atrás de mí. Reflectores, habla usted de reflectores, pido que tenga usted reflectores de dignidad, de responsabilidad, de integridad, de decoro, de decencia, para hacer honrar el juramento que está detrás de usted: La patria es primero. No su bolsa, senadora, no la bolsa de esta bancada”.

La senadora Antares Vázquez se calentó. Dijo de Lilly Téllez:

 

“La señora que me antecedió traicionó al pueblo de Sonora y traicionó al Presidente de México que la trajo al Senado… Ignora toda clase de decencia y de vergüenza y, por lo tanto, tiene que recurrir sistemáticamente al insulto, porque es para lo único que le da su cerebrito”, dijo.

 

Así andaba el nivel de la discusión. Fue un pleito sin sentido. Se pudo haber resuelto en la SCJN, si la senadora Sánchez Cordero se hubiese pronunciado por la controversia constitucional.

 

Pero la exministra quiso convencer de que jurídicamente no procedía. Pero no quiso ver que el decretazo viola las leyes de transparencia, rendición de cuentas y acceso a la información, aprobadas por el Congreso.

 

Y es que la instrucción es contundente: no le muevan ni una coma a nada que venga de Palacio.

 

* Un día después de que el TEJPF confirmara el retiro del registro a Fuerza por México, Partido Encuentro Social y Redes Sociales Progresistas, los líderes de las tres agrupaciones, Gerardo Islas, Hugo Eric Flores y Fernando González, respectivamente, anunciaron el nacimiento del Frente Solidario Progresista.

 

La agrupación tiene intenciones de participar en las elecciones de gobernador que habrá en seis estados en 2022. Al no tener registro va a ir con candidatos independientes o aliados con partidos que sí lo tengan.

 

Juntos tienen registro en 27 estados y suman 7 millones de votos. Nada despreciable para el que quiera hacer coalición con ellos.

 

* En la columna de ayer incluí a Puebla entre las grandes ciudades que ganó el MC el pasado seis de julio. Corrijo: la capital de ese estado es gobernada por Eduardo Rivera, 100 por ciento panista.

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