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París.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) enviaron este jueves signos de algunas reformas en las que están implicados para poder movilizar muchos más fondos, públicos, pero también privados, para financiar la lucha contra la pobreza y contra las consecuencias del cambio climático.
La directora general del FMI, Kristalina Georgieva, anunció en la primera de las dos jornadas de la cumbre del nuevo pacto financiero mundial -que se celebra en París- que se ha conseguido un acuerdo para redirigir 100 mil millones de dólares de los llamados derechos especiales de giro (SDR, en sus siglas en inglés) en favor de las poblaciones más vulnerables.
El gabinete del presidente francés, Emmanuel Macron, quien convocó esta cumbre y hace de anfitrión, destacó que ese dinero «permite luchar contra la pobreza y construir la resiliencia en el tiempo a través de instrumentos del FMI.
Fue precisamente Macron quien en mayo de 2021 se había fijado el objetivo de modificar las reglas de atribución de los SDR, que son una especie de activo de reserva internacional regulado por el FMI, para que se pudieran utilizar en favor de los países africanos.
Los fondos especiales de giro constituyen uno de los mecanismos de solidaridad Norte-Sur cuando se producen crisis económicas de gran magnitud, pero las reglas en vigor hasta ahora condicionaban su atribución al peso de cada país en la economía mundial.
Eso significaba que los países africanos (y los países más pobres en general) sólo podían recibir una muy pequeña parte y es lo que se ha modificado ahora.
Por otro lado, el BM indicó en un comunicado que ha puesto en marcha un Laboratorio de Inversiones del Sector Privado que va a buscar la forma de salvar los obstáculos que impiden que la inversión privada nutra de forma más masiva los mercados emergentes.
Lee también Inflación. FMI ajusta a la baja PIB de México para 2022; ve crisis en el costo de la vida para el mundo por inflación. El objetivo de esa nueva estructura será recurrir a «nuevos enfoques y recomendaciones» para obtener capital en cantidades muy superiores a las actuales. Se tratará de ampliar la financiación de la transición energética centrada inicialmente en las energías renovables y las infraestructuras energéticas.
El BM insistió en que cada año hacen falta «billones de dólares de inversión en los mercados emergentes y en los países en desarrollo para avanzar adecuadamente hacia los objetivos climáticos, gestionar los riesgos del cambio climático y hacer frente a la pobreza». En esta cumbre de París no se esperan decisiones concretas, pero sí una paleta de opciones para que al menos algunas de ellas se concreten en los próximos meses y así conseguir «un electrochoque de financiación», según las palabras de Macron.