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Aquí en confianza

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Iván Garza García

 

 

Otra buena para Saltillo

 

Corría el año 2016 cuando el entonces jefe del estado mexicano Enrique Peña Nieto, repetía recurrentemente: “lo bueno casi no se cuenta pero cuenta mucho”. La ingeniosa frase fue acuñada con motivo del cuarto informe de gobierno del otrora vilipendiado mandatario y en las contadísimas ocasiones en las que este improvisado columnista pretende ofrecer al respetable una nota positiva, recurro a ella para sostener mis afirmaciones. No le faltaba razón al político mexiquense; las noticias cuando son buenas dejan de ser noticia con sorprendente inmediatez, por eso hay que hablar de ellas.

 

Lo anterior viene a cuenta por que el Sistema de Apertura Rápida de Empresas (SARE, por sus siglas) de este municipio de Saltillo, fue reconocido – por segundo año consecutivo – como el mejor del país. El moderno mecanismo implementado por el alcalde Manolo Jiménez Salinas y encomendado desde el inicio de su administración al Director de Desarrollo Urbano Andrés Garza Martínez, se ha convertido en un verdadero referente nacional.

 

La razón por la que el sistema de marras recibió un nuevo palmarés es bastante sencilla. En la capital del sarape, del pan de pulque y las rondallas (se me cocían las habas por decir esto último), la licencia para la apertura o regularización de una empresa o comercio se obtiene en tan solo ¡30 minutos! Sí mamá (única lectora), leíste bien, el mencionado proceso tiene una duración máxima de media hora.

 

Al respecto, los enterados en estas lides aseguran que la desregulación administrativa es uno de los sellos característicos de la joven administración saltillense, de ahí que la mejora en la atención, la rápida respuesta y la simplificación de los trámites mediante la eliminación de trabas burocráticas, ha sido una constante en los últimos años. Cuando el mentado SARE empezó a funcionar en esta ciudad y obtuvo su primera certificación, las licencias de funcionamiento se entregaban en 72 horas; nada mal considerando los tortuosos pasos que hay que seguir en otro lares, sin embargo, el conformismo no caracteriza a los del norte. Luego, a través de una reingeniería de procesos, se logró reducir el tiempo de respuesta a 48 horas; de ahí a 24 horas y – hoy por hoy – en Saltillo, un micro, pequeño o mediano empresario o comerciante puede arrancar su negocio en menos de lo que dura un capítulo de Los Simpson o en lo que tarda en llegar una pizza a su domicilio.

 

El referido reconocimiento no es cosa menor. 295 fueron los municipios del país puestos a prueba, de los cuales tan solo 122 obtuvieron la ansiada certificación y de entre ellos, Saltillo se colocó solitario en el sitio de honor. No solo eso, la evaluación corrió a cargo de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria, la cual es un órgano desconcentrado de la administración pública sectorizado a la Secretaría de Economía; pa’ que mejor nos entendamos, fue el mismísimo gobierno federal el que levantó la mano a la administración municipal saltillense para significar el éxito alcanzado, lo que evidencia la utilidad del trabajo en equipo. Esto lo entiende bien el edil local, quien ha construido una sólida mancuerna con el mandatario estatal, Miguel Riquelme. No es gratuito entonces que ambos gocen de los más altos índices de aprobación ciudadana.

 

Aquí en confianza, habrá quienes consideren insulso el logro alcanzado; no obstante, los beneficios del dos veces laureado SARE saltillense nos alcanzan a todos de manera directa o indirecta.

 

Me explico.

 

Uno de los principales indicadores para medir la competitividad de un municipio o una entidad es precisamente la facilidad que ofrecen las autoridades para la apertura de nuevos negocios y en ese rubro la capital coahuilense lleva la delantera. Así, una entidad que es competitiva atrae las inversiones de capital; luego, a mayor inversión más empleos,  mientras que más  puestos de trabajo significan mayor bienestar para las familias. Este sencillo circulo explica en buena medida el desarrollo económico que registra el estado. No en vano, Coahuila lidera al resto de las entidades en materia de generación de empleo.

 

Lo hemos dicho y lo afirmamos, la indomable pandemia ha producido toda suerte de estragos económicos; sin embargo, la recuperación sostenida dependerá de que la eficacia, eficiencia e innovación sean puestas al servicio de los ciudadanos como ha venido sucediendo en estas tierras.

 

El ecléctico filósofo francés Victor Cousin, viejo profesor de la Sorbona de París, alguna vez escribió: “A los hombres solo se les puede gobernar sirviéndoles. Esta regla no tiene excepción”. Acá lo sabemos y lo sabemos bien.

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