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Aqu? en confianza con Iv?n Garza Garc

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El muro de aire

Sin duda, una de las escenas m?s bizarras que he visto en mi vida (y vaya que me he topado con varias de ellas) corresponde a la de un ?imitador? del entonces candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, peleando mediante llaves y candados propios de la lucha libre, contra personajes cuyos disfraces (abultado bigote, sombrero y jorongo) pretend?an emular el err?neo estereotipo atribuido a los mexicanos. El referido performance sirvi? como apertura de uno de los muchos eventos de campa?a del hoy mandatario norteamericano. En ese acto, como en otros m?s, el candidato causaba gran revuelo al prometer al electorado el levantamiento de un s?lido muro para separar a dos naciones vecinas. No conforme con ofertar una enorme pared para evitar el paso de connacionales hacia las tierras del T?o Sam, el G?ero Trump lleg? al extremo de declarar que su construcci?n ser?a costeada por los de ac? de este lado. As? las cosas, el discurso antimexicano ha subido de tono durante los ?ltimos meses en los que se ha discutido la renegociaci?n del Tratado de Libre Comercio de Am?rica del Norte.

Si bien, la dichosa pared de Trump entre M?xico y los Estados Unidos no se ha materializado aun (y no tiene pa? cuando), la posible salida del vecino del norte del TLCAN podr?a generar terribles consecuencias econ?micas para nuestro pa?s. De persistir la idea, no ser?a necesario el uso de ladrillos y cemento; bastar?a un plumazo, un simple ?muro de aire? para separar a los dos pa?ses cuya sociedad comercial ha permitido la generaci?n de miles empleos y el desarrollo sostenido en ambos lados de la frontera. Justamente el d?a de hoy inicia la quinta ronda de las negociaciones del tratado de marras. El ambiente se ha enrarecido debido a pol?micas propuestas del magnate convertido en presidente y al debate al interior del Congreso Norteamericano sobre posibles recortes de impuestos.

La tensa calma que se vive en estos d?as podr?a verse afectada por las conclusiones que deriven del di?logo que iniciaran hoy los representantes de los tres pa?ses involucrados. La guerra comercial impuesta por las pol?ticas proteccionistas del republicano ha puesto en el ojo del hurac?n la relaci?n bilateral entre M?xico y el poderoso vecino, la cual, hasta ahora, ha permitido que cada minuto se comercie entre los dos pa?ses la friolera de un mill?n de billetes verdes. No debemos perder de vista que Estados Unidos se ha consolidado como el principal socio comercial de M?xico. Ese pa?s concentra el 64% del comercio y el 80% de nuestras exportaciones.

Por su parte, Texas y California son los estados m?s relevantes, en t?rminos econ?micos, para el norte?o pa?s. Juntos representan m?s del 21% del PIB gringo, y su fortaleza econ?mica depende, en buena medida, del comercio con M?xico. De hecho, tan

solo Texas participa con m?s del 40% del valor exportado por los norteamericanos hacia nuestro pa?s.

La preocupaci?n por la suerte del tratado aumenta en un estado fronterizo como Coahuila. Si bien la diversificaci?n de los or?genes de capital, impulsada en los ?ltimos seis a?os, ha posibilitado la disminuci?n de la dependencia econ?mica con los gringos, el crecimiento y la consecuente generaci?n de los empleos que demandan las y los coahuilenses est?n ligados en buena medida a la vigencia del TLCAN.

Por lo pronto, de acuerdo a los pron?sticos del Fondo Monetario Internacional, la incertidumbre respecto al destino del tratado comercial acarrear? una ligera desaceleraci?n el a?o entrante. En tal sentido, se espera que para 2018 nuestro crecimiento econ?mico apenas supere el 2%, mientras que la recuperaci?n empezar? a sentirse hasta el a?o 2019.

Aqu? en confianza, tal y como dijera Julio Cesar al cruzar el r?o Rubic?n para armar camorra contra Pompeya: ?la suerte est? echada?. Atentos habremos de estar a las resultas de las pl?ticas cuya quinta ronda arranca hoy.

El religioso de origen belga Dominique Pire, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1958, escribi?: ?Andar?amos mejor si no fuera porque hemos construido demasiados muros y no suficientes puentes?. Ojal? que la negociaci?n del TLCAN no represente para los mexicanos un ?muro de aire?; con el de cemento ser? bastante. Al tiempo.

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