
Voraz incendio forestal devasta el río Sabinas
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – Un voraz incendio en las márgenes del río Sabinas, a la altura de las colonias Atenas I y El Consuelo, (por la antigua ECCSA) requirió la aplicación de un operativo coordinado que incluye a Bomberos, Protección Civil, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y además se pidió el respaldo de la SEDENA, ante la vulnerabilidad del entorno y es un llamado a generar conciencia sobre la protección de nuestro medio ambiente. Desde poco antes del mediodía, las llamas iniciaron y arrasaron una amplia extensión de matorrales, incrementando su ferocidad con la ayuda de un viento ligero que no ha dado tregua.
El paisaje, una vez verde y lleno de vida, ahora se tiñe de negro y gris, con columnas de humo elevándose, visibles desde distintos puntos. Esta situación movilizó a los cuerpos de Bomberos y Protección Civil, quienes trabajan incansablemente en el lugar, luchando contra un enemigo implacable. Sin embargo, la magnitud del incendio ha superado las capacidades locales, y se ha solicitado el respaldo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), en un esfuerzo conjunto por contener el avance destructivo del fuego.
Orlando Camacho Mancha, coordinador Municipal de Protección Civil, hizo un llamado urgente a la ciudadanía, destacando la importancia de ser más cuidadosos en nuestras acciones. «Es vital evitar encender fogatas en estas áreas de esparcimiento», afirmó, subrayando cómo un descuido, por más mínimo que sea, puede desencadenar consecuencias devastadoras.
Este incendio consume la flora y es una amenaza a la fauna local, poniendo en riesgo el equilibrio ecológico. La pérdida de vegetación en estas zonas es un golpe al paisaje y un atentado contra el hogar de muchas especies que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir. El fuego, en su avance, destruye lo visible y lo intangible: la conexión que tenemos con nuestro entorno, el compromiso con el cuidado de la tierra que habitamos y la responsabilidad que compartimos como sociedad. Es un llamado a la reflexión, a entender que cada acción cuenta, que la preservación de nuestros recursos naturales no es una tarea de unos pocos, sino un deber de todos.
Es necesario que tomemos conciencia de la fragilidad de nuestro entorno. La naturaleza nos da todo, y está en nuestras manos protegerla. Este suceso debe servirnos como una lección, un recordatorio de que la prevención es nuestra mejor arma contra los desastres que nosotros mismos podemos provocar. Es momento de actuar con responsabilidad, de enseñar a las generaciones futuras el valor de la naturaleza, y de trabajar juntos para evitar que tragedias como esta se repitan. Porque cada árbol que se quema es una pérdida irreparable, cada animal que huye es un eco de dolor, y cada llama que se alza es un grito de auxilio de la Tierra, pidiéndonos que cuidemos de ella antes de que sea demasiado tarde.
