COQUETEAR, PARA CONQUISTAR Y DESPUÉS USAR
Todo empieza así, caras bonitas, momentos alegres, sonrisas, regalos, atenciones, todo un cúmulo de cosas que haces coqueteando, para poder acercarte a esa persona que te agrada, más aún no tienes esa mirada, esa corresponsabilidad, más sientes el avance.
Después ya con el acercamiento tratare no de agradar sino conquistar, hablando de un futuro prometedor, hacerme indispensable en su vida, se va avanzando en el propósito.
Una vez convencido de haber conquistado, el terreno esté alisado y presto para el propósito final.
Si fuera un noviazgo, lo que sigue es impronunciable en esta columna.
Pero en la política es el avance final, el compromiso a elegir a quién te conquistó, con su color, con su abrazo, con su camiseta, con los regalos entregados, para corresponder a esa conquista, te comprometes a lo que sea, y el conquistad@, se comprometerá a una cantidad de votos el día “D”, el terreno está sembrado, ahora esperaremos la cosecha.
Sin embargo, no todo, será obtención de frutos, habrá espinas y tendrás que recurrir a la prostitución electoral, ponerle precio a tu dignidad, aprovechando la ignorancia y lo más real usar sus carencias, económicas o sociales.
Carrera política es una, abuso del poder es otra, pero lo peor es ponerle precio a la voluntad.
Prostituir la elección.
HDELAF
