FIN DE CURSOS, INICIO DE UN CALVARIO.
Para algunos son vacaciones escolares, para otro descanso de carreras matinales.
Pero este ciclo sin observación, es un verdadero asalto a los hogares, si eres de los que terminan un ciclo, tienes que pagar, cuotas de la escuela, el certificado, las fotos, para colmo la renta de ese remedo de uniforme de la toga y el birrete, renta concertada por las direcciones, con el consabido diezmo.
Sigue el segundo asalto, entras a una nueva escuela de siguiente nivel, uniforme, de diario y de “gala”, zapatos, uniforme deportivo (en algunas), útiles escolares, 8 kilos mínimo más libros de texto, una mochila con 12 kilos en la espalda. Cuota de la sociedad de padres de familia, pequeña caja chica que a nadie rinden cuentas y nadie sabe su uso o desuso, cuotas que oscilan desde 50 pesos por alumno, mensuales hasta 120 pesos.
La Secretaría de Educación no controla esto, Profeco solo es un fantasma,
Dinero que no es auditado y entra a bolsillos diversos.
Son 2 meses de “vacaciones”, pero más bien de recaudación, para un regreso a clases donde esperan con ansias directivos a sus “productos”, que proveen recursos frescos.
Que pongan fin a estos gastos excesivos.
HDELAF