
La decisión fue tomada tras una solicitud directa de Ursula von der Leyen; ambas partes abrirán negociaciones comerciales
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WASHINGTON, D.C.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, accedió a extender hasta el 9 de julio de 2025 el plazo para la entrada en vigor del arancel del 50 % a productos de la Unión Europea (UE), luego de una conversación telefónica con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
El anuncio fue realizado por el propio Trump a través de su plataforma Truth Social, donde detalló que la solicitud de prórroga fue planteada por Von der Leyen y que accedió con el fin de permitir el inicio inmediato de negociaciones.
“Me llamó hace poco y me pidió extender la fecha del 1 de junio. Mencionó que busca entablar una negociación seria, como debe ser (…). El 9 de julio fue la fecha que ella propuso”, escribió el mandatario.
Europa busca tiempo para negociar
Minutos antes, Von der Leyen confirmó el diálogo en su cuenta de X (antes Twitter):
“Buena llamada con el presidente estadounidense. (…) Europa está lista para avanzar rápidamente en las conversaciones. Para alcanzar un buen acuerdo, necesitamos tiempo hasta el 9 de julio”, señaló.
La prórroga representa una pausa clave en medio de crecientes tensiones comerciales entre EE.UU. y la UE, luego de que Trump anunciara en abril una política más agresiva en materia de aranceles, especialmente hacia sus principales socios comerciales.
Medida con efecto global
Aunque la administración Trump redujo algunos gravámenes al 10 % para la mayoría de países, el trato hacia la UE se mantuvo más estricto. En semanas recientes se aplicaron aranceles recíprocos del 20 % a productos europeos, aunque fueron suspendidos temporalmente para dar margen a una posible resolución negociada, como la alcanzada con el Reino Unido el pasado 8 de mayo.
En sus declaraciones más recientes, Trump calificó al bloque europeo como un socio comercial “más desagradable que China” y lo acusó de beneficiarse del sistema de salud estadounidense. Dijo también que Europa debería asumir mayores costos sanitarios, pues considera que EE.UU. ha “subsidiado” indirectamente la atención médica del continente.