Eduard Bello adelantó a los Cañoneros, pero Alexis Canelo y Leo Fernández le dieron los puntos a los Diablos
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CIUDAD DE MÉXICO.- Todo pudo ser bello para Mazatlán, pero Toluca le hizo la diablura. Los cañoneros se fueron al frente con gol de su refuerzo venezolano, pero se confiaron, cedieron la iniciativa y pagaron caro las consecuencias ante un cuadro escarlata que no perdonó. 1-2 final.
Los locales comenzaron mejor, con mayor ímpetu y un gran dinamismo al ataque. El equipo mexiquense no se atrevió tanto y guardó distancia. Sólo a Camilo Sanvezzo se le notó diferente al quererle marcar a su exequipo. Nada más.
El juego fue sucio. Más faltas que emociones. El defensa Ygor Nogueira pateó al Fideo Álvarez dentro del área. Los escarlatas exigieron una pena máxima, pero el árbitro central no se percató. El VAR no apareció y tampoco pudo ser solución, sin embargo, los amonestados fueron mayoría.
Mazatlán se atrevió y bombardeó la portería visitante. Padilla fue el primero, pero su disparo pegó en el travesaño, tras un desvío salvador del portero Luis García. Sosa fue otro, pero el actual campeón de goleo en Chile no tuvo fortuna.
El conjunto morado siguió con la insistencia y la justicia llegó. La defensa choricera mostró sus limitaciones y Eduard Bello lo aprovechó para estrenarse en el futbol mexicano. El venezolano tardó 28 minutos en hacerlo, de la forma más fácil.
En el complemento Toluca necesitaba reaccionar e intentó ganar la posesión, incluso dio destellos de peligro. Leo Fernández no fue determinante. Alexis Canelo no estuvo en su zona, pero cuando entró al área, puso el empate con una media vuelta contundente.
Las malas noticias no pararon para el local. El atacante Sosa fue expulsado por un codazo y Carlos Vargas cometió un penalti infantil. Leo Fernández lo cobró sin potencia, Vikonis desvío, pero no fue suficiente para cambiar su dirección a la red.
Los Diablos pudieron marcar uno más, pero el tiempo ya no alcanzó. De esa forma lograron su segundo triunfo en fila, mientras Mazatlán pagó las consecuencias por confiarse y siguen sin sumar.
