Home COAHUILA CARBONÍFERA Solo quedan los recuerdos
Solo quedan los recuerdos

Solo quedan los recuerdos

0
0

 

Destruyen ranchitos y casas de campo; el ultimátum venció este lunes

-Desconocen si habrá o no indemnización

-Quedan atrás inversiones de décadas

Por: Cristina Flores Cepeda

Villa de Agujita, Coahuila.- A paso apresurado, pues este lunes se venció el ultimátum que les dieron quienes se encuentran al frente de la construcción del tajo, que por cierto ya está perforando hasta el área que estaba cercada y que servía para delimitar la propiedad, los vecinos del predio El Pinabete hacia el lado de las vegas del río desmantelaron sus construcciones; están conscientes que es una concesión Federal, que el terreno le pertenece a la Comisión Nacional del Agua y que las concesiones fueron para uso agrícola,  sin embargo durante más de cuatro décadas algunos de ellos invirtieron en estos lugares y hoy pesa; pesa mucho. Duele en el alma acabar con sus propias manos lo que tanto esfuerzo costó construir.

Lo único que atinan a decir es que “ojalá y de verdad esto sirva de algo y puedan rescatar a los mineros, porqué si no habrá sido en vano”. A todos ellos los visitó personal de Comisión Federal de Electricidad la semana anterior y les dieron como fecha este lunes para que desalojaran por su voluntad estos predios;  para algunos solamente era el sitio donde tenían los corrales para sus animales, borregos, becerros, chivas, bueno hasta pavorreales con sus vistosos colores caminan por el lugar, pero para otros eran casas de campo, el ranchito del abuelo, ahí donde crecieron y jugaron varias generaciones, donde aprovecharon para aprender a nadar en el río,  pescar, sembrar y para convivir y, a eso se debe que les cueste tanto dejar no en sí la propiedad, sino los recuerdos.

Lo que implica el valor más fuerte en este lugar es lo sentimental. Periódico  Factor recorrió el sitio, las casitas ya abandonadas, lo que pudieron quitar, ventanas, puertas, cableado eléctrico. Ahí nos dimos a la tarea de entrevistar a Don José Miguel Guerrero Amador, quien buscaba qué alguien le ayudara con una “mano de chango” a trasladar la capillita en honor de la virgen de Guadalupe. “Ojalá me puedan ayudar estos muchachos de la maquinaria, para poder conservarla”.

 

A Don Miguel lo conocemos desde hace muchos años y lo vimos durante todo el tiempo que permanecieron los trabajos en espera de un rescate en El Pinabete que él llegaba con su camioneta cargada con tanques de agua para darles de beber a sus animalitos. Hoy resignado observa cómo se desmantela la casa y, dice, “más de 25 años estuve en este lugar y pues ni modo, ¿qué podemos hacer?, entendemos que es una concesión y lo que nos dicen es que van a utilizar explosivos. No me imagino que es lo que van a realizar, cómo va a quedar todo esto. Lo que puedo entender es que harán una especie de canal por donde fluirá el agua y que también colocarán un enorme bordo, pero no sé cómo. Lo que sí entiendo es que tenemos que retirarnos y es lo que estamos haciendo”. Asegura que él tenía borregas, pero ya vendió una parte le quedan otras y deberá hacer lo mismo.

Vino, dijo, un ingeniero, tomaron las medidas de la casa, de la finca que tenemos. “Nos dijeron a todos los que estamos enfrente de donde se ubica este pozo, que debíamos retirarnos y lo que nos respetaran es esta casita que está aquí, (la señala), pero debemos desalojar. Sí hablaron con nosotros la semana pasada, no sé si con algunos otro día. Este lunes es la fecha límite que nos dijeron, pero no creo porque está muy tranquilo al momento. No les han dicho de alguna compensación. Ellos fueron los que midieron, lo que es de placa, de loza, lo que es la lámina no”.

“Nosotros estamos conscientes, bueno, yo sí, estoy consciente, de que esto fue una tragedia desafortunadamente y no nos queda más que acatar las disposiciones”. Mientras trascurría la entrevista, personal de las brigadas de Comisión Federal de Electricidad recorrían el área, que, por cierto, el tajo ya está avanzado hasta la cerca donde ingresaban los trabajadores. La perforación se alcanza a ver y los módulos tanto de la CFE como de contratistas y militares están ya muy cerca de donde aún es el camino que seguramente cerrarán a la brevedad. Más adelante estaba otra persona que dijo que su suegro era quien tenía la concesión del ranchito donde se ubicaba, pero él había acudido a ayudarle a sacar lo que se pudiera rescatar. No accedió a la entrevista porque dijo que no sabía nada de lo que ahí pasaba.

A estas declaraciones y lo que pudimos constatar, se suman las que se realizaron a través de redes sociales quienes tienen sus ranchitos en las áreas frente al pozo siniestrado el pasado 3 de agosto en el predio el Pinabete donde quedaron atrapados 10 mineros, quienes dan cuenta de su salida después de décadas de habitar en ellos o bien de tener en esos lugares sus animalitos y algunos sembradíos. La usuaria JeEss Jrz, menciona textualmente que «este es el ranchito de mi abuelo, quedan recuerdos y experiencias que pasamos, hijos, nietos y hasta bisnietas. Humilde, pero con un gran valor sentimental para la familia, en especial para mi abuelo. En estos días está siendo desmantelado, será destruido pues es parte del tajo a cielo abierto que están haciendo para el «rescate» de los 10 mineros. Esta área es de las vegas del río, mientras que Comisión Federal de Electricidad sigue el diálogo con otros vecinos del lugar, en espera de llegar a algunos acuerdos y entregar compensación por la utilización de explosivos principalmente.

De acuerdo con lo dicho en la visita de la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, requieren de un mayor espacio para poder llevar a cabo los trabajos de forma adecuada. En entrevista previa dejó claro que todo lo que corresponde a las vegas del río, donde se ubican algunos ranchitos y fincas, las concesiones emitidas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), son para uso agrícola y no para casas de campo. En cuanto a la zona habitacional, como propietarios de las viviendas, es con quienes tienen una serie de pláticas para llegar a los acuerdos porque habrá utilización de explosivos para poder llegar a galerías aproximadamente el mes de marzo y sacar los cuerpos.

Así cada uno de los vecinos detalla su propia historia; el dolor de dejar lo que les costó hacer, pasa a segundo término. Les duele abandonar sus recuerdos, quizá ese terreno sea la herencia del abuelo, del padre, del hermano. Hoy no les queda de otra. La decisión de la Comisión Federal de Electricidad es desaguar por ese lugar. Ya no habrá el paseo de la gente que recorría este sitio para observar los majestuosos pavorreales o para bajar al río. El paso de los meses dirá si hubo el resultado esperado o no. El sitio sigue rodeado de agua, ese es el gran peligro. Lo demás es que la tragedia del Pinabete, donde personas inconscientes expusieron a sus trabajadores, aun sabiendo que podría inundarse, tiene todavía repercusiones. Sin contar que faltan órdenes de aprehensión por cumplir.

El pozo se inundó hace ya más de tres meses, pero todavía faltan muchas historias por contar que rebasarán el calendario de obra establecido por la Comisión Federal de Electricidad en un plazo de 9 a 11 meses.

 

 

 

 

DEJE SU COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *