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Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó en una de sus conferencias matutinas que en caso de que la inflación no fuera controlada buscaría implementar un control de los precios en alimentos, situación que no se ve nada alejada de la realidad pues la inflación no cederá en el corto plazo.

 

Existen muchos factores que están influyendo en el aumento en el nivel de los precios, no sólo en México, sino en el mundo, desde la reactivación económica post pandemia hasta el conflicto armado en Europa del este.

 

Es de aclarar que afortunadamente la inflación, a pesar de ser alta y cada vez mas, no ha llegado a niveles de hiperinflación, sin embargo, las políticas económicas, sean estas fiscales o monetarias deben de aplicarse con mucho cuidado pues no hay peor mal económico que la inflación.

 

El control de precios es una acción o política gubernamental mediante la cual se establecen precios máximos para ciertas mercancías, intervención que se ha aplicado en diversos episodios de la vida, en la antigua Roma, durante la revolución francesa, en la década de los 70´s del siglo pasado con la gasolina en los Estados Unidos y en México durante los 80´s con el pacto de solidaridad que inició en 1987 y fue reforzado durante la administración del Lic. Carlos Salinas de Gortari. De hecho, el pacto de solidaridad fue propuesto y aplicado por el Lic. Salinas cuando se desempeñaba como secretario de programación y presupuesto. Por ello no debe de sorprendernos que el programa “estrella” durante el gobierno del Lic. Salinas haya sido nombrado “Solidaridad”.

 

El control de precios en los alimentos debe de ir acompañado de un gran programa y políticas económicas, que no sólo busque controlar de manera artificial el precio ya que esto generaría una escasez de esas mercancías ocasionando un problema mucho mayor que el que se busca solucionar.

 

Se deben de generar y aplicar políticas para lograr un crecimiento económico, ya que mientras la inflación supera el 7%, se tienen estimaciones de que el crecimiento en el PIB será de apenas 1.1%, generando falta de empleos, baja inversión y a la vez un incremento mayor en la inflación. Un papel importante juegan las políticas agropecuarias, por medio de créditos públicos, mediante las cuales se logré un incremento en la productividad agropecuaria. Buscar subsidiar “todos” los precios que afectan más en la inflación generara desequilibrios en las finanzas públicas y una mayor desigualdad económica y social en nuestro país. Sin olvidar que podría crearse un mercado negro en los productos cuyos precios el gobierno intentaría controlar.

 

Por supuesto que la intervención del Estado en el mercado es necesaria, es claro que al seguir aumentando la inflación de debe de buscar controlar los precios pero aunado a ello se debe de buscar solucionar el problema de fondo y no realizar estas acciones por el sólo hecho de mantener una popularidad.

 

En nuestro país ya tuvimos, con el control de precios, una experiencia exitosa durante un gobierno neoliberal, ojalá tengamos una experiencia como la Salinas con Andrés Manuel.

 

 

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