AS
ESTADOS UNIDOS.- Los running backs en la NFL son una de las posiciones peor pagadas en los últimos años y la falta de acuerdo a largo plazo en la agencia libre más reciente lo demuestra.
El running back participó en el episodio de la semana pasada del pódcast ‘The Money Matters Podcast’ y declaró cuáles serían los pasos a seguir en caso de conseguir una extensión contractual con los Giants, cosa que pasó.
“Mi ventaja es que podría decirles ‘Váyanse al carajo’ a los Giants, podría decirles ‘Váyanse al carajo’ a mis compañeros”, dijo Barkley. “Y decir, ‘¿Quieres que te demuestro lo que valgo?, ¿Quieres que te demuestre lo valioso que soy para el equipo? No me presentaré, no jugaré ningún down’. Esa es una jugada que podría usar”.
Al no llegar a un acuerdo multianual, Barkley ganará 10.091 millones de dólares con la etiqueta de jugador franquicia en la temporada 2023. El año pasado, estableció la marca personal de yardas terrestres en una campaña con 1,312; además, sumó 10 touchdowns.
Si los ratings del videojuego Madden son un indicador del valor de los jugadores, Barkley será el quinto mejor corredor en la edición de 2024 con una media de 93. El aún jugador de los Giants solo estará detrás de Nick Chubb (97) Christian McCaffrey (96), Josh Jacobs (95) y Derrick Henry (94). Salvo Jacobs, los otros tres RBs tienen contratos multianuales que alcanzan un valor promedio por temporada entre los 12 y los 16 millones de dólares.
El ejemplo de Le’Veon Bell y las disputas contractuales
El caso más reciente de una disputa contractual fue el de Le’Veon Bell con los Pittsburgh Steelers en 2018. El running back no jugó toda la temporada por la disputa contractual y un año después recibió un acuerdo de cuatro años y 52.5 millones de dólares por parte de los New York Jets.
El egresado de Michigan State solo disputó una temporada completa con los Jets y fue traspasado a los Kansas City Chiefs a la mitad de la segunda. Bell jugó por última vez con los Tampa Bay Buccanners en la temporada 2021, tras un breve pasó con los Baltimore Ravens.
Antes de la disputa, Bell acumuló 5,336 yardas y 35 touchdowns terrestres tras 1,229 acarreos en 62 partidos. Después de dejar a los Steelers, el running back solo jugo 34 veces en tres campañas y sumó 1,218 yardas con siete anotaciones.
