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Real Madrid, Un pase y cinco avisos

Real Madrid, Un pase y cinco avisos

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El Madrid alcanzó los cuartos tras jugar con fuego. La eliminatoria ante el Leipzig alumbra varios interrogantes que Ancelotti debe resolver

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CIUDAD DE MÉXICO.- El Madrid se embolsó ante el RB Leipzig el billete a los cuartos de final de la Champions. “Misión cumplida”, como expresó Nacho al finalizar el partido. Pero el empate ante el equipo alemán expuso carencias que el equipo viene arrastrando en las últimas semanas. El Madrid brillante y avasallador de principio de temporada se ha tornado ahora en un conjunto que saca adelante sus compromisos con muchos apuros…

Un motor gripado

El Madrid de principios de temporada era un equipo contundente y con una hoja de servicios casi impecable. Ahora, un equipo que se atasca. En los 28 primeros partidos, el Madrid sólo pinchó (tres empates y una derrota) en cuatro encuentros, el mismo número de tropiezos que ha tenido en sus últimos siete duelos. Si lo miramos con una lupa aún más cortoplacista, los últimos cuatro partidos se han saldado con un triunfo (Sevilla) y tres empates (Rayo Vallecano, Valencia y RB Leipzig).

El equipo ha perdido pólvora: sólo ha marcado seis goles en los cinco partidos después de golear al Girona (4-0), su peor racha de una temporada en la que en algunos momentos ha llegado a rozar un promedio de tres dianas por partido.

El Madrid ha mantenido el pulso gracias al buen hacer de Lunin, que en la eliminatoria ha resistido un verdadero asedio. El ucranio ha hecho, en total, 13 paradas al Leipzig: nueve en la ida y cuatro en la vuelta. Y eso que a los alemanes les faltó puntería en el Bernabéu. Los de Rose hicieron 20 remates, igualando el peor dato en contra del Madrid esta temporada, el día del Almería.

Tchouameni no funciona

Ancelotti encontró en Tchouameni una solución de emergencia como central a la falta de efectivos que las lesiones y otros imponderables le ha dejado en defensa. Un recurso que en defensa le ha funcionado con resultados probados y sensaciones notablemente positivas. Pero en el centro del campo se sigue viendo a un jugador que no encuentra su sitio.

Sus estadísticas ante el Leipzig son elocuentes. De los tres de la media fue, ponderando sus minutos (Camavinga sólo jugó la primera mitad y Kroos también sustituido), el que menos duelos afrontó, siete, y sólo ganó uno de ellos. En cambio, fue más determinante cuanto más acogotaba el Leipzig al Madrid en su área: recuperó siete balones y despejó otros cuatro, líder del equipo en ambos apartados.

Rodrygo, chispa tras la duda

Fue el damnificado del planteamiento de Ancelotti. En la previa le alabó y quitó hierro a su puntería guadianesca: “Es bueno por lo que aporta al equipo, por lo que hace para el equipo. Si no nos ha preocupado antes, no lo va a hacer ahora”. Pero a la hora de la verdad, Carletto superpobló el centro del campo y Rodrygo, al banquillo. Por primera vez en un duelo de enjundia. La confianza sigue siendo total, es el tercer jugador con más minutos de la plantilla (2.771′), pero la duda florece. El de Osasco lleva 13 goles y ocho asistencias. Números importantes, pero demasiado espaciados. Tras marcar diez en 13 encuentros, lleva sólo uno (Girona) en 11.

Aunque quizá el aviso ante el Leipzig sea el paso atrás que necesitaba para dar dos adelante. La recomposición se inició con Rodrygo en el descanso y, si no fue el clic completo, no fue por el Rayo. Dinámico y voluntarioso, los blancos mejoraron su primera línea de presión gracias al brasileño. También aportó mayor presencia en tres cuartos de campo para posibilitar salidas al contragolpe. Y ya con 1-1 realizó un eslalon con chut demasiado centrado, pero peligroso. En medio partido remató a portería más que nadie en el Madrid (dos) y sólo Valverde (tres) superó sus dos ocasiones creadas. Eso sí, faltó el gol. Y esa ausencia es la que amplifica la duda.

Baja tensión

“El partido ha sido malo. Mal jugado. Con poca intensidad, con poca preocupación. El aspecto psicológico ha condicionado mucho. Jugamos contra un rival que tiene calidad y sin nada que perder. Y nosotros jugamos con el freno desde el principio”. No hay mayor y más certero resumen que el de Ancelotti. Al Madrid le faltó actitud ante el Leipzig, más allá de planteamientos más o menos acertados. El Leipzig remató casi el doble (20 a 11), superó a los blancos en pases en el último tercio (127 a 123) y en goles esperados (los energéticos terminaron con 1,13 goles esperados, por los 0,69 del Madrid).

No está en su mejor momento, ni físico ni anímico, el equipo blanco. Los de Marco Rose fueron superiores en ambos aspectos, especialmente con una intensidad en los duelos que desesperó a un Bernabéu que silbó a los suyos, y acariciaron la sorpresa. Internamente, en el Madrid conscientes y miran al parón con anhelo. Se necesita repostar. Pero antes, Celta (domingo, 18:30 horas) y Osasuna (sábado 16, 16:15 horas). Y sin Bellingham…

Laterales sin alas

Si había una marca registrada del nuevo Madrid a comienzo de curso, más allá de Bellingham como eje de todo como vértice del rombo, era el vuelo de los laterales. Pero han perdido las alas. Ni Mendy ni Carvajal fueron amenazas para el Leipzig. Más natural en el francés, más sorprendente en el leganense. El mejor ejemplo, el contador conjunto de centros, tanto intentados como exitosos: cero.

El internacional español tuvo un partido especialmente desafortunado con balón, como también lo tuvo en Mestalla. Tras una de sus mejores temporadas en los últimos años, Carvajal ha perdido empuje. Mientras que Mendy fue más voluntarioso en campo contrario que efectivo. Los laterales no tuvieron alas. Ancelotti necesita que vuelvan a volar.

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