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Al presidente López Obrador le estorban los contrapesos y la rendición de cuentas. Es una verdad que no necesita ser comprobada.

En el último año de su gobierno vemos cómo quiere desmontar todo ese “aparato” integrado por órganos autónomos que, asegura, fue creado paralelo al gobierno “para tener el control de todas las decisiones del poder público”.

No se conforma con haberles reducido el presupuesto en el 2024, sino que ya anunció que, antes de irse, enviará al Congreso una iniciativa para desaparecer los citados órganos autónomos “que no le sirven al pueblo y están al servicio de las minorías”.

Mencionó, en primer lugar, al Inai, encargado de la transparencia, el acceso a la información y la protección de tus datos personales.

A ese instituto lo ha ido mermando poco a poco. Ya sólo tiene cuatro de los siete comisionados que integran su pleno.

Los senadores, facultados para designar sustitutos de los que terminaron su periodo, tienen prohibido elegirlos, a pesar de que una resolución de la SCJN les ordena hacerlo antes del 15 de diciembre próximo.

El Inai está incompleto desde abril de 2022.

La CRE, que regula el mercado en materia energética (electricidad e hidrocarburos), también está en su lista de órganos que quiere eliminar. A esa lista se agrega el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que vigila el uso y explotación del espectro radioeléctrico, las redes y la prestación de los servicios de telecomunicaciones y la radiodifusión en México.

Y la Cofece, órgano encargado de garantizar las condiciones de libre competencia en los mercados.

* No hay duda de que AMLO siempre ha querido manos libres para manejar a su antojo todas esas áreas. La bronca es que Morena y rémoras no tienen mayoría calificada (dos tercios de los votos) en el Congreso para reformar la Constitución.

¿Será que hoy cuenta con los legisladores de Movimiento Ciudadano y algunos de otros partidos para liquidar los citados órganos autónomos?

Le preguntamos al senador Damián Zepeda, cuyo conocimiento de los temas nacionales está fuera de duda, sobre el anuncio de AMLO: “Bajo ningún motivo le vamos a dar los votos para poder acabar con los órganos autónomos en este país. Estos fueron creados bajo la lógica de que había funciones que eran de Estado y no de gobierno.

“Los temas son tan importantes que requieren despolitizarse, porque en muchos de esos casos regulaban o tenían competencia sobre el propio gobierno. En el Inai, por ejemplo, la mayor parte de las solicitudes de información son hacia el propio gobierno.

“Los ciudadanos quieren saber cómo el gobierno utiliza el dinero público. Si la decisión de cómo se gasta depende de ellos, no tendrías tú un lugar objetivo dónde buscar. Tu derecho a la información quedaría desprotegido. Por eso hace todo el sentido del mundo que el Inai tenga autonomía”, explicó.

Dijo más: “En telecomunicaciones también se consideró siendo una materia con tanto interés económico particular, lo adecuado es tener una instancia que tenga un régimen de independencia. Lo que quiere el Presidente es él mismo regularse y tomar decisiones”, puntualizó.

La diputada María Elena Pérez-Jaén, alguna vez comisionada de lo que hoy es el Inai, sintetizó la idea de desaparecer los órganos autónomos en dos palabras: “Es estúpido”.

* Xóchitl Gálvez se comprometió ayer a no decirle al Presidente “¡cállate, chachalaca!”. Porque le parece una falta de respeto.

“A diferencia de usted —subraya la precandidata presidencial de oposición en un video—, yo sí respeto las leyes, las instituciones y la investidura presidencial”.

Lo que sí enumeró es lo que debe hacer, “las cinco T”:

1.- Tome la Constitución en serio, como la Ley Suprema que prometió cumplir.

2.- Trate al Tribunal Electoral como un organismo del Poder Judicial y respete la división de poderes.

3.- Tolere la voluntad de los ciudadanos que piensan distinto a usted.

4.- Tranquilice sus ansias de meterse en las campañas.

5.-Trabaje de Presidente y no de jefe de campaña de su precandidata.

Suena bien, ¿no?

* La muerte de la mamá del Chapo Guzmán mereció ayer un sentido comentario de López Obrador en la mañanera.

“Cualquier ser humano que pierde la vida merece respeto y también consideración a sus familiares, a todos los que pasan por esos trances. Nada humano me es ajeno y no hay que odiar”, aseguró. Lo dice el hombre que todos los días atiza el odio entre clases: el hombre que ha hecho de la opacidad la zona más truculenta de la 4T.

Ese respeto y consideración hacia los familiares de la mamá del Chapo no la tuvo el mandatario con los seis jóvenes estudiantes recientemente asesinados en Celaya, Guanajuato. Peor. Los acusó de estar metidos en drogas, lo cual ya quedó plenamente desmentido.

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