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La crisis de los misiles en Cuba puso al mundo con los pelos de punta en octubre de 1962; la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética duró nueve años (1953-1962), pero así se quedó.

Los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania ponen fin a más de siete décadas sin ningún conflicto armado que involucre a las grandes potencias.

Hoy el mundo está nervioso. La invasión a Ucrania enfrenta indirectamente a las superpotencias. Por ahora sólo se lanzan amenazas verbales.

Hay sanciones económicas y comerciales contra Rusia, presiones para sacarla del sistema bancario occidental, señalamientos del presidente Biden de que quiere reconstruir la Unión Soviética, pero no vemos a soldados estadunidenses enfrentándose directamente a las tropas de Putin ni a Rusia invadiendo a países del Báltico que pertenecen a la OTAN.

* Del tema habló ayer el diputado del PRI, Ildefonso Guajardo, líder del equipo mexicano en las negociaciones del T-MEC; secretario de Economía en el sexenio pasado.

Sabe de lo que habla cuando dice que, más que preocuparse por una escalada armamentista —“el uso de las capacidades nucleares es el fin de la civilización como la conocemos”—, debemos estar atentos a los ataques cibernéticos, y sobre todo a las consecuencias energéticas que ya estamos sufriendo.

En conferencia realizada ayer en San Lázaro señaló:

“Por primera vez en muchos años el precio del petróleo Brent rebasó ya los 100 dólares, y sin duda el precio del gas va a sufrir un impacto significativo”.

Se refirió también a lo dicho por el Presidente sobre el peso:

“Nos dijo que el peso está sobrevaluado y que no nos extrañaría un reequilibrio en el tipo de cambio. Ése va a ser uno de los primeros efectos que vamos a enfrentar y, sin duda, la inestabilidad en los mercados financieros”.

* López Obrador no sólo habló del posible deslizamiento del peso, sino que aseguró que estamos preparados para enfrentar las consecuencias energéticas del conflicto en Ucrania.

¿Lo estamos con la inflación más alta en dos décadas? ¿Cuando atravesamos por una recesión técnica? ¿Cuando hay desconfianza y falta de inversión en el sector privado?

Dijo el Presidente: “si nos aumentan mucho el precio del gas podemos echar a andar todas las plantas de generación de energía eléctrica que no requieren gas para evitar el aumento en los costos de la energía eléctrica. Ya tenemos ese plan para actuar, por ejemplo, en producir más energía eléctrica con agua.

“Vamos a echar a andar a toda su capacidad las hidroeléctricas y otras medidas que estamos ya tomando, estamos preparados para eso con el propósito de que no haya apagones, que no falte la luz y que no aumente el precio”.

A ver si no ocurre como cuando dijo que ya se había “domado” la pandemia.

* México se demoró en condenar la invasión rusa a Ucrania. El Presidente fue tibio al hablar de ese conflicto en la mañanera. No mencionó a Putin. Tampoco a Rusia. Recordó que un principio de la política exterior del país es la solución pacífica del conflicto. Abogó por la paz y el diálogo. Tibio, muy tibio.

Esa tibieza fue duramente criticada por tres exembajadores mexicanos: Andrés Rozental, Martha Bárcena y Arturo Sarukhán. Éste último escribió en Twitter:

“Y el presidente López Obrador con una posición timorata, de lugares comunes y vergonzosa con respecto a la invasión injustificada y no provocada de Rusia a Ucrania. Qué bueno que abogue por la paz mundial, el diálogo y el no uso de la fuerza. ¿Y la condena a las acciones rusas?”.

La condena llegó horas más tarde en voz del canciller Marcelo Ebrard:

“México rechaza el uso de la fuerza y condena enérgicamente la invasión rusa a Ucrania. Demanda que cesen las hostilidades, se inicie diálogo, se proteja a la población”, dijo en un video que subió a las redes sociales.

Más vale tarde que nunca.

* Fue una lucha de años la de María de Lourdes Ojeda Serrano, alumna de posgrado de la UNAM, contra el presidente del Tribunal Universitario de esa casa de estudios, Eduardo López Betancourt. La ganó.

Luego de una audiencia que duró más de 16 horas, el juez federal Gustavo Aquiles Villaseñor resolvió vincular a proceso a López Betancourt por el delito de hostigamiento sexual.

El citado juez, sin embargo, no lo vinculó por otro delito que la Fiscalía General le imputó: tratos crueles, inhumanos y degradantes. No encontró elementos suficientes.

“Vamos a acudir al amparo que hoy mismo vamos a presentar, para resarcir y que se analice la vinculación por un juez de distrito”, nos dijo Ojeda Serrano.

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