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Hoy vemos que en el Congreso se apuesta por el consenso. Iniciativas que promueve el Ejecutivo han sido modificadas en las negociaciones, con el visto bueno de la mayoría.

 

El dictado “no le muevan ni una coma” que impuso el Ejecutivo a legisladores de la Coalición Juntos Haremos Historia parece quedar atrás.

 

Los palos que el Poder Judicial ha dado a diversas iniciativas del Ejecutivo –Ley de la Industria Eléctrica, Ley de Hidrocarburos, prolongación del mandato de Zaldívar, desafuero de Cabeza de Vaca– han obligado a revaluar la táctica del mayoriteo. A eso hay que sumar la composición más balanceada en la Cámara de Diputados; y los esfuerzos de  negociación que los opositores reconocen a Ricardo Monreal,  coordinador de Morena en el Senado.

 

Esos factores, combinados con una mayor flexibilidad del Ejecutivo, se han traducido en un ambiente propicio a la negociación. Se respira mayor apertura. “Cuando hay buen tiempo hay que aprovecharlo y por lo pronto lo hay”, admite Julen Rementería, coordinador de la bancada del PAN en el Senado.

 

*Ese “buen tiempo” se refleja, por ejemplo, en la aprobación de la polémica Ley de Revocación de Mandato. Salió casi por unanimidad en el Senado, 100 votos a favor, dos en contra.

 

Lo insólito: Morena aceptó modificar la pregunta y retiró, incluso, una reserva para que el Presidente  de la República pudiera promocionar la consulta, a celebrarse presumiblemente en marzo de 2022. El consenso no ha llegado para la minuta de la Ley de Juicio Político y Declaración de Procedencia, turnada hace ocho días a la  Cámara alta.

 

Tal como llegó de San Lázaro es intransitable para la oposición. Es un atentado contra la soberanía de los estados. Subordinaría los Congresos locales al Poder Legislativo federal.

 

Los diputados locales estarían obligados a acatar, por ejemplo, el desafuero de un gobernador, cuando así lo determine la Cámara de Diputados federal. Imagínese lo que eso implica para la oposición: una daga en la garganta.

 

Monreal pudo haber impuesto la mayoría, como se hizo en la Cámara de Diputados. Es legal. Pero sabe que se judicializaría y quedaría en el limbo, como las otras. No ha logrado acercar posiciones, pero está convencido de que se puede llegar al acuerdo. Nos deja entrever que para Morena no es irreductible arrebatar a los Congresos locales la facultad de reconocer o desconocer los desafueros que se aprueben en San Lázaro.

 

“El país puede avanzar con acuerdos y consensos. Construir buenas leyes con entendimiento. No creo que todo sea confrontación”, asevera el senador de Zacatecas.

 

Sabe que el ambiente de negociación actual no es permanente y que habrá leyes que separen a los grupos parlamentarios, cuando las posturas sean irreconciliables. “Pero que puedan ser los menos frente a la acción de un Legislativo, cuya función es clave en momentos de transición política”, puntualiza.

 

*Emilio Álvarez Icaza, senador independiente, reconoce cambios positivos, pero está convencido que no es una cuestión de “buena voluntad”, sino del temor que se judicialicen los temas.

 

Dice al respecto: “Lo que he observado del Presidente es un endurecimiento de posiciones. Su directriz ha sido ‘no le muevan ni una coma’. Pero ese contexto ya cambió. Es otro momento. “La Cámara de Diputados ya no tiene la posibilidad de imponer reformas constitucionales, si no se sienta a negociar con la oposición”, puntualiza.

 

El coordinador de los senadores del PRD, Miguel Mancera, es otro opositor que se congratula no sólo por la disposición para negociar que han mostrado Morena y sus aliados en el Congreso, sino por los cargos que han cedido a la oposición: la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados y en el Congreso de la CDMX.

 

“Espero que se siga construyendo en el mismo sentido. Usar la mayoría para construir en conjunto con los otros grupos parlamentarios es mucho mejor. Enhorabuena.  Ojalá siga trabajándose así. Nosotros estamos en la mejor disposición de construir”, puntualizó.

 

El senador del Partido Verde, Raúl Bolaños, recién destapado para la gubernatura de Oaxaca,  focalizó sus declaraciones en la reunión que su bancada sostuvo hace 8 días con el flamante secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.  “Te puedo decir que el secretario tiene claro que de nada le sirve a México estar polarizados, ni radicalizados. Su llegada trae esa distensión que necesita el país. Abre las puertas a la pluralidad y la construcción de acuerdos”, nos dijo.

 

El cambio positivo allí está. Todos lo reconocen. ¿Será tendencia?  Está por verse. No hay que olvidar que el año que entra hay seis elecciones para gobernador y en el 2024 la presidencial.

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