Por/Factor
Argentina. – Los grupos de narcotraficantes argentinos que intensificaron su campaña para generar miedo en la ciudad argentina de Rosario en las últimas semanas dejaron una nueva amenaza, en la que llamaron a unirse «contra el Estado» y a matar a comerciantes y periodistas. «Dejen de poner nombre de pibes en lo cárteles y empiecen a tirarle la bronca al Estado que están verdugiando (atormentando) a los pibes en todas las cárceles únanse todo (sic)».
«Vamos a matar comerciante, periodista y toda clase de persona que camine en la calle (sic)», decía el mensaje, plagado de errores ortográficos y gramaticales. La amenaza, escrita a mano y pegada en la fachada de un supermercado, apareció al mismo tiempo que se lleva a cabo un paro del transporte público en Rosario, después de que este lunes atacaran con armas de fuego a conductores de autobuses.
Desde el Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe, el titular, Pablo Cococcioni, brindó una conferencia de prensa, en la que aseguró que las autoridades se harán cargo del problema y pondrán «todo para resolverlo». Desde el 8 de marzo, Rosario se mantiene bajo un comité de crisis dirigido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quienes dispusieron la intervención de todas las fuerzas policiales federales y la colaboración de las Fuerzas Armadas con tareas de apoyo logístico.
Se iniciaron operativos de saturación policial en los barrios periféricos del Gran Rosario, donde destaca la venta de droga y los movimientos de las bandas narco, así como controles de vehículos en algunas arterias de la ciudad. Esta no es la primera amenaza que el periodismo recibe de parte del crimen organizado; el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) pidió, a principios de este mes, mayor protección para la prensa local por parte de las autoridades de Nación y Provincia.
«Es de urgente necesidad que los poderes del Estado adopten medidas inmediatas de resguardo a la prensa de Rosario», indicó Fopea en un comunicado, donde también requirió «protección efectiva» para medios y periodistas que ejercen su tarea en el epicentro del narcotráfico. El recrudecimiento de la violencia narco comenzó con el asesinato de cuatro ciudadanos aparentemente al azar, después de que el gobierno santafesino iniciara la aplicación del ‘estilo Bukele’ en las cárceles, donde se encuentran alojados segundones y sicarios de las principales bandas de Rosario, y exhibiera fotografías de ello.
