Jorge Luis Ríos
ACUÑA, COAH.- Lo que hace un hombre socorrista por salvar la vida de alguien que está en riesgo, así lo puede hacer también una mujer, consideró Alondra Ceniceros.
Socorrista en Cruz Roja, dijo que su vocación por auxiliar nació desde muy joven y se integró a la Benemérita institución por convocatoria, lo que, dijo, le enorgullece.
Chófer de ambulancia, Ceniceros admitió vivir momentos muy dramáticos en su trabajo cotidiano que marcan su vida, sin embargo, mencionó que estos deben afectar lo menos posible en el entorno de su familia y hogar.
“Sí se me han muerto personas en mis manos; eso es muy triste y doloroso. Lo que más nos puede a nosotros los socorristas, creo porque lo platicamos entre compañeros, es ver que un bebé o un niño muera”.
Y es que como socorristas, refiere Alondra, en la cotidianidad les toca ver cómo sufren personas de todas las edades al verse involucradas en accidentes automovilísticos, en casa, en albercas; caídas, quemadas, atragantadas, cortadas; “lamentablemente algunas de ellas terminan falleciendo”.
Este 24 de junio se celebra el Día del Socorrista.
