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La otra cara del Super Bowl LIX, a 20 años de «Katrina» y los estragos que aún padece Nueva Orleans

La otra cara del Super Bowl LIX, a 20 años de «Katrina» y los estragos que aún padece Nueva Orleans

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NUEVA ORLEANS.- La música jazz, símbolo de la vibrante cultura de Nueva Orleans, sigue resonando en sus calles, pero a 20 años del devastador paso del huracán Katrina, los rastros del desastre natural siguen vivos en la ciudad. Los efectos de la tormenta no solo marcaron un antes y un después en la infraestructura, sino también en la vida de miles de residentes que aún enfrentan las secuelas de aquella tragedia.

A pesar de la imagen turística que se presenta al mundo durante el Super Bowl LIX, fuera de las zonas más visitadas, los estragos de Katrina son evidentes. Casas en ruinas y abandonadas persisten en varias áreas, mientras que el número de personas sin hogar, o «homeless», sigue siendo alarmante. Los problemas que azotaron a la ciudad hace dos décadas continúan afectando a una gran parte de la población.

El Comité organizador del Super Bowl LIX y el gobernador de Louisiana, Jeffrey Landry, intentaron abordar esta situación de manera prioritaria. Landry ordenó la reubicación de los campamentos de indigentes cercanos al Caesars Superdome, hogar del evento, en un almacén temporal. Sin embargo, la estrategia no logró su objetivo. Según datos de Unity of Greater New Orleans, en abril de 2024, la cifra de personas sin hogar alcanzaba los 1,454, un aumento del 5% en comparación con el año anterior.

Los datos desvelan una realidad alarmante: en los últimos seis años, el número de personas sin hogar ha aumentado un 78%. Además, el número de personas mayores sin techo ha crecido considerablemente, y la población afroamericana sin hogar ha aumentado en un 7%, mientras que en la comunidad blanca ha disminuido un 10%.

WalletHub, un sitio especializado en estadísticas, reveló que Nueva Orleans es la octava ciudad más necesitada de Estados Unidos, un problema que se exacerbó tras la pandemia de COVID-19. A pesar de la apariencia glamorosa que se muestra durante eventos como el Super Bowl y el Mardi Gras, la realidad de los barrios más desfavorecidos refleja una desigualdad que persiste en la ciudad.

El gobernador Landry comentó en un comunicado: “Es en el mejor interés de la seguridad de todos los ciudadanos brindarles a las personas sin hogar un refugio humano y seguro mientras comenzamos a dar la bienvenida al mundo a la ciudad de Nueva Orleans tanto para el Super Bowl LIX como para el Mardi Gras”. Sin embargo, los esfuerzos por abordar la crisis han sido insuficientes.

Después del paso del huracán Katrina, llegaron a la ciudad contratistas privados que, en lugar de ayudar a los damnificados, se aprovecharon de la tragedia. Esto fue parte de lo que la periodista Naomi Klein describió como la “doctrina del shock”, donde se aprovechó la desorientación de la población tras un desastre para imponer políticas favorables a las corporaciones, dejando atrás a miles de residentes en una situación desesperante.

Dos décadas después, la desigualdad social y económica sigue marcando la vida de los habitantes de Nueva Orleans, y aunque los desfiles del Mardi Gras y el brillo del Super Bowl llenan de entusiasmo las principales avenidas, la ciudad aún enfrenta una profunda crisis de vivienda y pobreza que no puede ser ignorada.

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