Max Muncy remolcó 7 carreras y los Dodgers firmaron su mayor victoria ante los Yankees en toda la historia, en una tarde para el recuerdo en el Dodger Stadium
Factor
LOS ÁNGELES, CA.- Una tormenta de batazos sacudió el Dodger Stadium y dejó una marca imborrable. Los Dodgers de Los Ángeles protagonizaron una de las mayores palizas de su historia al vencer 18-2 a los Yankees de Nueva York en una tarde que tuvo de todo: jonrones kilométricos, récords personales y una exhibición ofensiva que pasará directo al archivo de momentos legendarios del béisbol.
El gran protagonista fue Max Muncy, quien se reencontró con su poderío en el mejor escenario posible. El antesalista conectó dos jonrones de tres carreras, llegó a 201 cuadrangulares en su carrera y remolcó siete anotaciones, igualando su récord personal. Después de un arranque de temporada complicado, Muncy explotó con una actuación redentora, justo cuando más lo necesitaba.
Un inicio explosivo
La fiesta comenzó temprano. En apenas dos entradas, los Dodgers ya habían anotado diez carreras. El abridor de los Yankees, Will Warren, apenas pudo resistir el vendaval ofensivo y se fue sin completar la segunda entrada. Muncy encendió la chispa con un sencillo productor en el primer inning y luego encendió el estadio con un jonrón de 400 pies en la segunda entrada, el número 200 de su carrera, que selló la salida del lanzador neoyorquino.
Tommy Edman y Ha-Seong Kim también se sumaron a la fiesta. Kim conectó su segundo cuadrangular en Grandes Ligas, un batazo de 412 pies que puso el juego 10-0 y desató la ovación del público. Shohei Ohtani, quien esperaba su turno en el círculo de bateo, lo felicitó con un gesto discreto pero lleno de complicidad.
Siguieron cayendo batazos
La ofensiva angelina no se detuvo. En la quinta, Muncy volvió a volarse la cerca con otro bambinazo de 410 pies. Andy Pages añadió un jonrón solitario en la séptima y, en la octava, el novato Dalton Rushing tuvo su momento soñado: su primer jonrón en las Mayores, un cuadrangular de tres carreras que cerró la cuenta ante el improvisado lanzador Pablo Reyes, un jugador de posición.
Una tarde perfecta
En la loma, Landon Knack fue sólido y sereno. El abridor de los Dodgers trabajó seis entradas de una carrera, con cinco imparables y seis ponches. Del otro lado, los Yankees solo lograron conectar par de jonrones solitarios, ambos cortesía de Aaron Judge, pero fueron poco consuelo ante la embestida angelina.
Con este resultado, los Dodgers no solo sumaron una victoria más: anotaron más carreras en un solo juego ante los Yankees que en cualquier otro enfrentamiento en su historia. Una marca que se convierte en mensaje, en advertencia y en símbolo del poderío que este equipo puede desatar cuando se alinean sus estrellas.
