
Héctor Herrera Factor
Saltillo Coahuila. Luego del reciente anuncio de la suspensión de la producción de Stellantis en sus plantas en México, la industria automotriz del país enfrenta una situación incierta que podría generar importantes repercusiones laborales. Arturo Reveles Márquez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación Coahuila Sureste (CANACINTRA), expresó su preocupación y adelantó que la organización se encuentra en proceso de revisión con General Motors para entender los planes de la automotriz en relación con la crisis que atraviesa el sector.
El principal riesgo señalado por Reveles Márquez es la posible pérdida de más de 4 mil 500 empleos en todo el territorio mexicano debido a los efectos de los impuestos arancelarios. Estos gravámenes, impuestos en los últimos meses, están afectando gravemente la competitividad de las empresas del sector, poniendo en riesgo no solo la producción, sino también los puestos de trabajo que dependen directamente de esta industria.
A pesar de la gravedad de la situación, Reveles Márquez aclaró que, hasta el momento, no hay información oficial sobre posibles recortes de personal ni sobre la interrupción en el pago de salarios. Sin embargo, advirtió que la incertidumbre está generando preocupación en los trabajadores y en las autoridades locales, ya que la manufactura automotriz es uno de los sectores clave de la economía mexicana.
El presidente de CANACINTRA subrayó la necesidad urgente de que las autoridades Federales y Estatales tomen cartas en el asunto para mitigar los efectos de los aranceles sobre las plantas automotrices. Además, pidió una revisión a las políticas comerciales y fiscales que podrían estar influyendo en la situación, sugiriendo que se busquen alternativas para mantener la estabilidad del empleo en el sector.
En cuanto a Stellantis, la compañía ha informado que la suspensión de producción obedece a una combinación de factores globales, incluidos los problemas de abastecimiento de semiconductores, los cuales han afectado gravemente a la cadena de suministro en la industria automotriz mundial. No obstante, la medida ha generado incertidumbre sobre el futuro de la planta de Ramos Arizpe, en Coahuila, y otras instalaciones de la empresa en el país.
Por su parte, General Motors también se encuentra bajo el radar de la CANACINTRA, ya que podría verse afectada por la misma crisis. Reveles Márquez mencionó que están en contacto con la automotriz estadounidense para conocer sus planes y evaluar el impacto de la situación en las operaciones que mantiene en México. Las autoridades de Coahuila y otros estados con fuerte presencia automotriz temen que más empresas sigan el ejemplo de Stellantis si no se resuelven los problemas relacionados con los aranceles.
La situación es aún incierta, pero la industria automotriz se enfrenta a uno de los momentos más complicados en años. En las próximas semanas se espera que las autoridades y los representantes del sector privado trabajen de manera conjunta para encontrar soluciones que garanticen la continuidad de las operaciones y, lo más importante, la protección de los empleos en un sector que sigue siendo vital para la economía mexicana.