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Huracán Otis sacó lo peor del Obradorismopor/Factor

Huracán Otis sacó lo peor del Obradorismopor/Factor

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México.- La respuesta gubernamental frente a la tragedia y la devastación ocasionadas por el huracán Otis en el estado de Guerrero desnudó al obradorismo como proyecto político y como movimiento construido en torno al liderazgo de un hombre fuerte y carismático, pues mostró sus carencias y sus contradicciones. Por principio de cuentas, la deficiente respuesta gubernamental frente a la emergencia puso de manifiesto el enorme debilitamiento que ha sufrido el Estado durante esta administración. El gobierno todavía tiene tiempo de recomponer el rumbo y mejorar las tareas de auxilio a la población, reposición de los servicios públicos y reconstrucción de las zonas afectadas. Sin embargo, es innegable que la respuesta inmediata a la emergencia fue ineficiente.

El huracán no fue culpa del gobierno y el que haya aumentado tan rápidamente de intensidad lo convirtió en un desastre natural especialmente complicado de gestionar. No obstante, es claro que la administración de López Obrador no se tomó en serio las advertencias de las autoridades estadounidenses, por lo que perdió valiosas horas para informar de la llegada del ciclón y evacuar a la población. Asimismo, las labores de asistencia a los damnificados han dejado mucho que desear. Los oficiales del gobierno llegaron tarde; el presidente ha preferido estar en su mañanera que encabezar las labores de asistencia y reconstrucción; el apoyo gubernamental se ha quedado corto; y el aviso inicial del presidente de que no permitiría la asistencia de la sociedad civil disuadió a personas y organizaciones de prestar ayuda en las primeras horas de la tragedia. Si bien el gobierno rectificó esta posición, su cerrazón inicial ha ocasionado desconfianza en la ciudadanía. En segundo lugar, la torpe respuesta gubernamental tiene que ver con la militarización del gobierno civil. Antes, las Fuerzas Armadas mexicanas se distinguían por su capacidad de respuesta a desastres naturales. Hoy, su respuesta fue tardía. No es descabellado pensar que la concentración de los militares en decenas de responsabilidades ajenas a la seguridad nacional contribuyó a desviar recursos que antes se destinaban a la preparación para responder a desastres naturales y a la planeación de gestión de emergencias. Algunos militares en retiro con los que he hablado sobre el proceso de militarización me han comentado que temen por la “desnaturalización” de las Fuerzas Armadas. Con este término, argumentan que los cuerpos militares están tan enfocados en tareas ajenas a su campo tradicional de acción que están perdiendo capacidades para atender sus responsabilidades relacionadas con la seguridad nacional, entre ellas, la respuesta a desastres naturales. Así pues, el debilitamiento del Estado debido a la “austeridad republicana”, la división de tareas gubernamentales “por encargos y no por cargos”, la concentración de decisiones gubernamentales en el presidente, el desprecio por la planeación y por los funcionarios con conocimientos técnicos, junto con la “desnaturalización” de las Fuerzas Armadas son factores que contribuyeron a la deficiente respuesta inicial del gobierno. Otro aspecto del obradorismo que el huracán puso al descubierto es la desinformación incentivada desde el gobierno. Si bien ha habido desinformación en cuentas de redes sociales opositoras y oficialistas por igual, el gobierno ha contribuido notablemente a la desinformación y a que cada uno crea lo que quiere creer.

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