Hay que comer y no siempre hay “jale”: Güero cumbias
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coah.- En los semáforos ubicados estratégicamente en Sabinas, se desplazan dos jóvenes padres de familia acompañados de un acordeón, tumba y güiro, que a fuerza, al sonido de su música por instinto mueves el cuerpo al compás, no puedes ser simple escucha, los muchachos le ponen entusiasmo y disfrutan cada una de sus notas musicales; originarios de Monclova y residentes, uno de ellos en la colonia Las Vírgenes y otro en Minas de Barroterán, desde temprano salen a buscar “el chivo”, a “corretear la chuleta” porque hay muchos gastos en casa que se deben cubrir y esos no esperan.
Ambos recorren los cruceros, los semáforos y comparten tiempo con los “limpiaparabrisas” que también se ubican en ellos. Luis Alberto Rebolloso Casillas y Gabriel Casillas, quienes se identifican como amigos casi hermanos, con más de veinte años de conocerse y con el mismo gusto por la música, se dan a la tarea de aprovechar los conocimientos que tienen en ese rubro para llevar el sustento a casa. Lo mismo se escucha “la del moño colorado” que la “cumbia sampuesana” y muchas más, porque cuentan con amplio repertorio y los pueden ubicar en el teléfono 8771365662 que contesta “el güero cumbias”.
En su plática con Factor, nos dijeron que llegan temprano y le dan hasta las 5 o 6 de la tarde. Ellos cargan sus instrumentos musicales en un triciclo y aclaran que el dinero que logran juntar es para sostener sus familias. “no lo utilizamos en drogas, es para la familia, él a su esposa y yo también a mi esposa y mi hija de 15 años”. Cuentan que se dedicaban a la música, estaban en un conjunto que se llamaba “Los Estelares de la Cumbia” de Monclova, pero se deshizo el grupo y cada quien agarró para su lado.
Consideran que la pandemia por el Covid-19 no les afectó en nada, pues ellos de inmediato se dieron a la tarea de dedicarse a la música, aunque han trabajado en maquiladoras y también incursionaron en las minas. “Tenemos que comer, salir adelante y por eso aquí andamos; no hay jale en las fábricas y hay que salir a trabajar porque hay que pagar todo, renta, comida, los gastos no se detienen” y así se despidieron entre el ambiente que llevan con su música al crucero, donde algunos cooperan y otros no, pero todos se deleitan con los acordes que ellos arrancan a sus instrumentos.