
“Estoy cansada de tantas mentiras”: Alejandra alza la voz contra el acoso y exige justicia en Múzquiz
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. — Con la voz entrecortada, pero firme, Alejandra Riojas, estudiante del cuarto semestre del Tecnológico de Múzquiz, decidió romper el silencio y compartir públicamente una historia que, como ella misma lo expresó, “me tiene bastante cansada”. Su denuncia no solo busca justicia personal, sino que también representa el dolor de muchas mujeres que han sido víctimas de acoso, abuso de poder y revictimización. Alejandra relató que fue víctima de acoso sexual por parte de un profesor de nombre Juan de Dios “N”, a quien denunció formalmente. Sin embargo, ha sido larga batalla que la ha desgastado emocional, académica y económicamente.
«No sé cómo explicar mi tristeza», dijo. “Él ahora denuncia a mi abogada alegando que todo lo que he dicho es falso, que ella lo hace para sacar un beneficio económico. Es absolutamente falso. Estoy cansada de tantas mentiras”. La joven estudiante explicó que, debido a las acciones del profesor, perdió una beca que había mantenido desde secundaria, situación que truncó sus planes y golpeó profundamente su estabilidad emocional. “Él me reprobó a propósito. Era su materia. Por eso perdí la beca en mi primer año de universidad. Fue una desilusión enorme. Invertí todo mi esfuerzo, energía y esperanza… y terminó en nada. Mandó mis sueños a la basura”, expresó con profundo dolor.
Alejandra también narró que hubo un intento de llegar a un acuerdo entre ambas partes, mismo que no prosperó. “Se habló de una reparación económica porque el daño fue real, tangible. Pero no se llegó a ningún acuerdo. En una reunión presencial que no pude atender, mi abogada me marcó para que yo escuchara lo que se iba a tratar. Lo que viví no es una invención. Es cierto. Es mi historia.”, reiteró. Actualmente, el profesor Juan de Dios “N” se encuentra denunciado por el delito de amenazas en Múzquiz, denuncia que fue ratificada por la propia estudiante ante las autoridades correspondientes. “Yo misma acudí a decirlo ante los abogados”, dijo.
Durante su intervención pública, Alejandra hizo un llamado a las autoridades. “Hoy estoy aquí, alzando la voz y pidiendo ayuda”, afirmó. La joven reconoció que hablar del tema públicamente le provoca dolor y miedo, pero también tiene claridad de su propósito: evitar que otras mujeres pasen por lo mismo. “No es nada fácil para mí pararme aquí y poder estar hablando de esto. Estoy cansada de tener que revivir los hechos una y otra vez. Pero voy a seguir adelante. Estoy firme. Este juicio lo voy a seguir”, dijo con determinación.
También señaló que uno de los testigos del profesor es Iván “N”, compañero suyo en el Cecytec de Palaú, quien —afirma— también forma parte de su defensa. Alejandra denunció que tanto el maestro como su equipo legal han intentado normalizar conductas machistas y de violencia contra la mujer, lo cual considera inaceptable. Recordó que en su momento, el director de la institución, Francisco Tobías, tomó la decisión de dar de baja al profesor, lo que, para ella, fue una primera señal de que su denuncia tenía fundamentos.
“Soy una persona de escasos recursos, vengo de un contexto vulnerable. No merecía que me hicieran esto. No solo me quitaron mi beca, me quitaron mi tranquilidad. Me arrebataron el derecho a una vida estudiantil digna y sin miedo. Pero no me voy a rendir”, concluyó. El caso de Alejandra Riojas pone nuevamente sobre la mesa la necesidad urgente de reforzar los mecanismos de prevención, atención y sanción del acoso en espacios educativos, además de brindar acompañamiento psicológico, legal y social a las víctimas, quienes enfrentan no solo el abuso, sino también la violencia institucional y el estigma.
En un país donde alzar la voz sigue siendo un acto valiente, Alejandra se convirtió en un símbolo de dignidad y resistencia. Y hoy, su voz resuena en los pasillos del Tecnológico de Múzquiz, en los escritorios de las autoridades y, sobre todo, en los corazones de quienes aún no han podido hablar.
