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Estafa millonaria de dos jóvenes a cientos de inversionistas

Estafa millonaria de dos jóvenes a cientos de inversionistas

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Por/Factor

Monterrey, NL. Las sesiones de los inversionistas del Grupo Peak grabadas en videos subidos a las redes sociales eran parecidas a las escenas de la película El Lobo de Wall Street, y su director Arturo González Cantú asumía el papel de Leonardo Di Caprio gritando supuestos logros financieros tocando una campana y lanzando su reloj Rolex al auditorio. Los potenciales inversionistas se convencían de que estaban frente al Rey Midas que además se exhibía en un lujoso Porsche del año. Con las elegantes oficinas ubicadas en Residencial Chipinque, en el próspero municipio de San Pedro Garza García, también presumían la supuesta riqueza. Así fue como cientos de inversionistas de toda la República fueron entregando su dinero, los ahorros de su vida, su capital.

En total durante los últimos tres años, Arturo González Cantú y Víctor Hugo Sepúlveda, dos regiomontanos recién egresados de 29 años, estafaron más de 800 millones de pesos con un método piramidal de inversión, un clásico Esquema Ponzi, que prometía hasta 22 por ciento de rendimiento. El pasado 17 de abril, Grupo Peak anunció a sus inversionistas, a través de un correo electrónico y una asamblea por Zoom donde permitieron sólo la participación de 100 personas, su quiebra. A continuación, ambos lobos se esfumaron.

“Invertí cuatro millones y medio de pesos desde noviembre del año pasado. Metí todo el dinero de mi familia –dice en entrevista con La Jornada, César, uno de los inversionistas con domicilio en la Ciudad de México–, eran mis ahorros, los de mis tías y mis papás.” Empleados del Grupo Peak han manipulado a sus inversionistas estafados prometiéndoles regresarles lo invertido en especie con terrenos y otros bienes. También los han amenazado advirtiéndoles que al interponer denuncias penales o salir en los medios de comunicación pierden su oportunidad de recuperar el dinero.

Este tipo de actividades ilícitas manchan todo el sector financiero, dice el actuario Érick Garza Tamez, asesor de estrategias de inversión avalado por la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles que ha seguido y analizado el caso. Comenta que como el Grupo Peack como una Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable (SAPI) no deben solicitar fondeo ni captar recursos del público en general: “Lamentablemente no están auditados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, ni por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Es un delito lo que cometieron captando dinero del público en general. Ofrecían cosas que no existen como portafolios de inversión y prometían diversificar el dinero en activos como metales o bonos gubernamentales o índices bursátiles donde ninguno de ellos en lo individual juntaba un promedio de rendimiento de 10 por ciento. Es decir, ninguno de los activos generaba realmente rendimientos de 22 por ciento como el que prometían, dice el actuario. Érick Garza sospechó desde octubre del año pasado que algo andaba mal con esta empresa y solicitó información como cliente y lo atendió. Hablé con ellos para sacarles toda la información de cómo operaban. Les saqué toda la sopa, y todo lo que estaban haciendo mal me lo dijeron. Y ahí me dí cuenta que era un Esquema Ponzi (un fraude donde los estafadores consiguen pagar los intereses de una inversión con el mismo dinero invertido.

Lo explica: En realidad el dinero que decían tener es ficticio, no había un fondo ni nada de rendimiento, ni de utilidad y buscaban nuevos inversionistas para cubrir con el dinero de nuevas personas y así se volvían a fondear. Se hizo una bola de nieve y estos cuates llegaron hasta más 800 millones de pesos.

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