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En el frente de batalla

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*Con Dios por delante y sin descanso

Por Cristina Flores Cepeda

Sabinas, Coah.- Nadie los obliga; los mueve el coraz?n y el servicio al pr?jimo. Si acaso alguna l?grima furtiva asoma a sus ojos cuando se dan cuenta que el esfuerzo que ellos hacen no es valorado por muchos que estamos en el exterior, pero no tienen tiempo para doblarse, su motivo es m?s poderoso: atender a quien sea, como sea y de donde sea. Son ?ngeles de blanco, azul o verde, los colores m?s socorridos por doctores y enfermeras, esos que deambulan en silencio pr?cticamente en las salas de hospital y, cual torero en plena faena, hacen sus mejores pases ante el dolor y el sufrimiento humano. ?Coronavirus? Hay que sacar la casta y verlo de frente, saben a qu? se enfrentan sobre todo con las carencias en infraestructura y equipamiento, adem?s del humano pues todos sus compa?eros (as) mayores de 60 a?os, embarazadas, con hijos peque?os, diab?ticos e hipertensos no pueden permanecer en el hospital.

Ellos son el mejor ?pelot?n? que tenemos, son el mejor frente de batalla, su rifle est? compuesto por medicinas y, aunque los abrazos y besos est?n prohibidos por el COVID-19 eso no les impide hacer contacto a trav?s de la mirada y de las palabras con los pacientes quienes se encuentran inquietos por este virus que se cierne como amenaza sobre todas la cabezas. Ah? est? la doctora ?Lul??, el doctor ?Chano?, el doctor Mendoza, la doctora Betancourt, los Z`Cruz, Ramos, M?zquiz, Alarc?n, Vega, todos los m?dicos,? ?preparando todo en sus consultorios, en el exterior a pasos acelerados las enfermeras y enfermeros que no pierden pisada. En casa se quedan los hijos, los padres, esposos y abuelos que conocen de su entrega y encienden veladoras para que todo salga bien, rezan por ellos, los ponen en manos de Dios.

No hablo de un hospital en espec?fico, hablo de todos, p?blicos y privados porque en ellos est?n listos para la cruenta lucha su personal m?dico y de enfermer?a y solo depende de las personas el entender o no la importancia del encuentro. Qu? injusto es el humano que se burla y pretende sortear la adversidad, arriesg?ndose a esparcir el virus, sin tomar en cuenta que las enfermeras Elo?sa, Juanita, Bertha, Josefina, Yohana, ?Liz?, Marisa, Sof?a y ?Lala? tienen una familia que las espera en casa y que ellos, en su absurdo proceder las ignoran. Muchas veces ni siquiera conocen el nombre del doctor y enfermera que los atendi?. De veras, as? de injustos, pero eso no los deja caer en su ?nimo. Tampoco podemos olvidar al personal de laboratorio, de rayos X, de oficina y archivo en los hospitales. Ninguno de ellos puede parar, saben que en sus manos est? la salud de los pacientes. Est?n los mejores en el frente de batalla, con Dios por delante y sin descanso y, escuchemos sus recomendaciones que son sencillas: Qu?date en casa t? que puedes, l?vate las manos con agua y con jab?n, no saludes de mano ni de beso, no escupas y que sea lo que Dios quiera.

 

 

 

 

 

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