Jorge Luis Ríos
ACUÑA, COAH. – Francisco Javier Peña Méndez, originario de El Salvador y Pablo Gerardo Rodas, de Honduras, ambos esperando el llamado de las autoridades americanas para el asilo, coincidieron en qué en Coahuila se está y se transita en paz ya la gente, en su mayoría, es solidaria con los migrantes.
Los dos, con cuatro de familia, entre ellos unos muy pequeños, dijeron que desde meses cruzaron por Chiapas y transitaron por varios Estados, en donde trabajaron para sobrevivir e ir costeando sus pasajes hasta llegar a Acuña.
Aseguraron que se sienten protegidos por las autoridades, sin embargo, hay gente que abusa de ellos, por ejemplo, hay quienes los ocupan para algún trabajo y cuando lo terminan no les pagan.
«Nosotros no vamos a denunciar esto porque tenemos miedo y además no conocemos bien a quienes nos dan el trabajo; ellos vienen, nos llevan a dónde hay que trabajar y luego nos regresan; así todos los días hasta terminar nuestro trabajo, así que no sabemos prácticamente nada de ellos», manifestaron ambos migrantes.
A veces duermen con algún “camarada” que les ofrece su casa, pero la mayoría de las noches la pasan en la plaza pública Benjamín Canales, en donde la policía realiza rondines con el fin de que no se les acerque algún malhechor o ebrio.
“Ojalá qué, primero Dios, un día se les ablandara el corazón y se nos dieran la oportunidad de ingresar a Estados Unidos; no queremos hacernos millonarios, solo queremos mejorar la situación de nuestras familias. Aquí queremos trabajar para alimentarnos, pero muchas personas abusan de nosotros porque no nos paga; muy poca gente nos regala algo y lo agradecemos”.
