El relato de un aficionado del Atlas: «La policía, en vez de protegernos, les abrió las puertas de las rejas para que nos pudieran golpear»

MARCA CLARO

Señalan que algunos aficionados de los Gallos traían hasta pistola

QUERÉTARO.- Los testimonios de lo ocurrido en La Corregidora de Querétaro, comenzaron a llegar a través de las redes sociales. Horas después, esos relatos tuvieron rostro, y tuvieron nombre y apellido.

Al regresar de Querétaro, Fran Ceballos, aficionado del Atlas, relató lo que ocurrió en la ciudad de los acueductos, donde asegura que fueron encapsulados por las autoridades, para después ser dejados a merced de la barra local, sin protección ni garantías de seguridad.

«Estaba todo normal respecto al partido, no había motivos para pelear en ese momento. De repente, vemos que aficionados de Querétaro empezaron a correr fuera de su zona, venían hacia nosotros, veíamos que venían desde el lado derecho y después los vimos aparecer por nuestro lado izquierdo, para acorralarnos», contó el aficionado, tras su regreso de Querétaro.

Al contarlo, aún se ve miedo en la mirada de Ceballos, quien lleva una venda en la cabeza que le cubre prácticamente todo el cráneo. «Me golpearon con un tubo», relató.

«Se detuvieron en la zona familiar, empezaron a golpear a familias del Atlas. Siguieron corriendo hacia nosotros, nos encapsularon y la policía, en vez de protegernos, les abrió las puertas de las rejas para que nos pudieran golpear», reveló.

«Probablemente estaban todos ya de acuerdo. Hubo una revisión bastante estricta para nosotros, no podíamos pasar llaves, monedas, carteras, cadenas, ningún anillo o cinturón. Ellos (los aficionados de Querétaro) traían picadillos, unos traían pistola, no sé de dónde las sacaron, traían piedras también», explicó.

-¿Te quedan ganas de regresar a un estadio?

«La verdad, no».

Durante la madrugada, cientos de aficionados del Atlas regresaron vía terrestre a Guadalajara. Hay testimonios que aseguran, que hubo aficionados que emprendieron el regreso a pie, y después fueron recogidos por los mismos autobuses. Otro relato, que no ha sido confirmado, asegura que hubo aficionados que se escondieron como pudieron en Querétaro, y evitaron salir por temor a ser golpeados.