
Jorge Luis Rios
ACUÑA, COAH. – El Diezmo debe ser sinónimo de caridad para quien lo aporta a la Iglesia, ya que sirve, sí, para el desarrollo de la propia estructura y operación de los templos, pero también para ayudar a las familias más necesitadas, no solo de fe, sino de recursos para subsistir.
Así lo dio a conocer, el párroco de la iglesia San Francisco de Asís, José Raúl Pérez Contreras, quien dijo que, a partir de la pandemia, el Diezmo se institucionalizó cada mes; cada primer domingo del mes, dejando atrás el periodo de diciembre-enero de cada año.
“Se implementó durante la pandemia la dinámica del Diezmo cada mes; anteriormente era durante los meses de diciembre y enero y ahora se ha continuado la misma dinámica y bueno, ya cada primer domingo del mes, en todas las comunidades y parroquias se realiza esta colecta”.
El Diezmo debe significar una retribución a Dios, una acción de gracias por lo frutos recibidos; un apoyo a la iglesia para que siga ayudando a las comunidades con sus necesidades, refirió el párroco, puntualizando que una de las instituciones que más apoya a sus comunidades, es precisamente, la Iglesia Católica.
Aunque al principio de los tiempos el Diezmo era dar a la Iglesia el 10 por ciento de lo que rindieran los cultivos y el ganado, hoy se traslada al 10 por ciento del salario de una persona, pero no quiere decir que sea obligatorio dar la décima parte, sino un tributo de acuerdo a la realidad económica de cada persona.
Pero, ¿Dónde dice en la Biblia que el diezmo es obligatorio?
En el Antiguo Testamento: El diezmo no solo era una obligación para el que lo daba (el pueblo judío), sino también para quienes tenían el deber de recibirlos y administrarlos (los ministros); entre algunos de sus usos obligatorios era el de ayudar a las viudas, huérfanos y extranjeros (Deuteronomio 26:12-13).