
Día Mundial para la Prevención del Suicidio: Un llamado a la acción
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – El suicidio, una tragedia que cada año cobra miles de vidas en todo el mundo, es hoy una de las 20 principales causas de muerte a nivel global. Este acto desesperado no solo refleja una crisis individual, sino un problema profundo de salud mental que afecta a personas de todas las edades, géneros y condiciones sociales. En México, la situación es alarmante, y los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que los estados con mayor incidencia son Chihuahua, Aguascalientes, Campeche y Quintana Roo.
La depresión, la ansiedad, la angustia, y el consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas son factores que aumentan el riesgo de suicidio. Las personas que enfrentan estos desafíos suelen sentirse atrapadas en un ciclo de dolor emocional del cual no ven salida. El aislamiento y el temor a pedir ayuda empeoran la situación, especialmente cuando las redes de apoyo no encuentran eco. El año 2020, marcado por la pandemia de COVID-19, fue un periodo crítico. El confinamiento, la incertidumbre económica y la pérdida de seres queridos intensificaron los problemas de salud mental en todo el mundo. En México, más personas que nunca escaparon por la «puerta falsa», como tristemente se le llama al suicidio. Las cifras aumentaron, y la necesidad de abordar este tema se hizo aún más evidente.
Afortunadamente, en los últimos años ha crecido el interés de autoridades gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, instituciones de salud y educativas para enfrentar esta problemática. Hoy en día, se desarrollan múltiples estrategias enfocadas a la prevención, que incluyen charlas de orientación, actividades comunitarias y campañas de concienciación para reducir el estigma en torno a la salud mental. El licenciado Ulises Ramírez Guillén, delegado regional de la Fiscalía aseguró que las diversas instituciones están coordinadas con esa finalidad.
Uno de los aspectos más destacados es la colaboración entre diferentes actores sociales. Por ejemplo, la Secretaría de Salud ha puesto a disposición de la población una «Línea de Vida» que opera las 24 horas del día, los 7 días de la semana, brindando apoyo inmediato a quienes lo necesiten. Este recurso es vital para aquellos que, en un momento de desesperación, buscan ayuda y orientación. Además, la Iglesia Católica ha hecho un esfuerzo similar, habilitando un número telefónico para aquellos que buscan apoyo espiritual y emocional.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio nos recuerda la importancia de seguir trabajando juntos para reducir las estadísticas y, lo más importante, salvar vidas. No solo se trata de brindar atención profesional, sino de fomentar un entorno en el que las personas se sientan seguras para expresar sus emociones y buscar ayuda sin miedo a ser juzgadas.
Hoy, más que nunca, es necesario sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la salud mental y continuar ofreciendo herramientas para que quienes atraviesan momentos difíciles puedan encontrar una salida en la esperanza y el apoyo de su comunidad. La prevención del suicidio es una responsabilidad colectiva que requiere empatía, comprensión y acción coordinada. Solo así podremos construir un futuro en el que la puerta falsa no sea una opción.