Home Catón De pol?tica y cosas peores

De pol?tica y cosas peores

0
0

Por: Armando Fuentes

 

CIUDAD DE M?XICO .- Tuve un querido amigo a quien nunca vi y con quien jam?s habl?. Mi amistad con ?l dur? m?s de 30 a?os, pero la vida no nos dej? encontrarnos, y el trato entre nosotros fue por tel?fono o por carta. Hablo del padre Joaqu?n Antonio Pe?alosa, historiador y literato potosino. Cuando supe que hab?a enfermado gravemente lo llam? para expresarle mi solidaridad. Sereno, me dijo que lo ?nico que lamentaba en ese trance era que no se fabricaran ata?des donde se pudiera estar de rodillas. «Porque hasta muerto -a?adi?- quisiera estar arrodillado dando gracias a Dios por todo lo que me dio en la vida». Lo mismo digo: nueve vidas podr?a yo tener, como los gatos, y todas nueve no me alcanzar?an para agradecer los incontables dones que de la vida (es decir de Dios) o de Dios (es decir de la vida) he recibido. Entre esos bienes uno de los mayores es el de andar la legua. Comparto la ventura de todos los juglares que en este mundo han sido, desde micer Berceo, que recitaba versos para ganarse un vaso de buen vino y poder yogar con fembra placentera, hasta el irland?s Walter Starkie, con cuya gu?a hice el camino de Santiago. Tocaba ?l en su viol?n viejas baladas de ?ire y luego pasaba el sombrero entre la gente. As? viaj? a?os por Europa, y escribi? luego maravillosos libros que acompa?aron mi juventud aventurera. D?ganme ustedes, queridos cuatro lectores con los que empiezo el a?o: de no ser yo pata de perro ?habr?a o?do hablar de don Jes?s Valdez, conocido mejor como Don Chu -as?, sin la ye-, originario y vecino de Hu?sabas, famoso pueblo de la sierra de Sonora? Este se?or don Chu era pol?tico en los tiempos del PRI; esos tiempos que, dicen unos, ya van a terminar; esos tiempos que, dicen otros, durar?n eternamente. Don Chu fue alcalde priista de su solar nativo. Cuando andaba en campa?a organiz? un mitin, y su compadre m?s compadre no asisti? a la reuni?n. El ausente busc? despu?s al candidato para disculparse. Le dijo, magn?nimo, don Chu: «No se mortifique ust?, compadre. Me sobr? burrada». En la misma campa?a las fuerzas vivas de Hu?sabas le ofrecieron a don Chu un almuerzo. Las viandas las prepar? un jamaiconcito. As?, «jamaicones», son llamados los gays en la sierra sonorense. Modoso, con atiplada voz, le inform? el men? al visitante a fin de que escogiera vianda. Le dijo: «Hay menudo, cabeza, tamales, huevos, enchiladas, tacos, tostadas, quesadillas y frijoles». Contest? don Chu acomod?ndose en la silla al tiempo que se desabrochaba el cintur?n para que no le redujera la capacidad ventral: «S?rveme de todo, y en ese orden». Don Chu fue electo alcalde. El primer d?a de su gesti?n -un primero de enero- su compadre, aquel que falt? al mitin, fue a saludarlo. Lleg? cubierto con el tradicional sombrero de fieltro y ala ancha que los campesinos adinerados de Sonora usan en ocasiones especiales.? «Desc?brase ust?, compadre» -le orden? don Chu aun antes de saludarlo. Confuso, aturrullado, el compadre se quit? el sombrero. A?adi? el flamante mun?cipe para justificar la orden: «Si no se descubre por su compadre y por su embestidura h?galo por esa reata encerada que tengo atr?s de m?». La «reata encerada» a que don Chu se refer?a era don Benito Ju?rez, cuyo hier?tico retrato presid?a en aquellos a?os todas las oficinas p?blicas… D?ganme mis cuatro lectores: si no anduviera yo en la legua ?llegar?a a tener noticia de gente como don Chu? Para el buen caminante lo mejor del camino es el camino mismo. La posada es lo de menos. En la misma forma lo mejor de la vida, para el que sabe vivir, es la vida misma. La muerte es lo de menos. FIN.

 

MIRADOR

 

Los designios de Dios son inescrutables.

Los del agua son m?s inescrutables todav?a.

He aqu? que en el Potrero de ?brego sali? el agua de La Cazuela. Sali? de repentinamente -as? dice don Abundio-, despu?s de m?s de un a?o que no se le ve?a. Esta Cazuela es un rasg?n en la falda de la sierra. De cuando en cuando brota de ?l, inesperado, un buey de agua que muge, feliz, al ver la luz del d?a. Un hontanal har?a yo para festejar esta nueva aparici?n.

Escribi? el r?stico poeta: «El Ni?o Jes?s naci? en un pesebre. / Donde menos se piensa salta la liebre». Igual de impensado volvi? a salir el chorro generoso. «Y en seco, licenciado» -se asombra el viejo aqu?l, que a sus 87 a?os no tiene asombros ya. Eso quiere decir que surgi? el agua de la tierra sin que antes hubiera ca?do el agua de los cielos.

Lo dicho: si los designios de Dios son inescrutables, los del agua son a?n m?s inescrutables.

Aunque, ahora que lo pienso, a lo mejor son los mismos designios.

?Hasta ma?ana!…

 

MANGANITAS

 

«. Subi? la gasolina.».

Le llama «gasolinazo»

a eso toda la gente.

La palabra, ciertamente,

rima muy bien con «chingazo».