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 Mario “el enano” y su historia de vida

Por: Cristina Flores Cepeda

Nueva Rosita, Coah.- Postrado en cama, afectado principalmente de sus piernas, Mario Frías Carmona, “Mario el enano” como lo conoce la gente, desborda en su hablar todo el entusiasmo y el torbellino de su historia. A sus 75 años reconoce que  se dio una vida “un poco alegre; donde quiera tengo fotos con reinas de belleza tanto en México como en Estados Unidos. Gracias a Dios aquí estamos, a ver hasta cuando me da licencia. No quiero bajar las armas todavía. Dios siempre me ha ayudado, me subió a las grandes carpas donde anduve; mis sueños los cumplí, tuve hijos en varias partes del mundo, pero volví a Nueva Rosita, siempre me he sentido orgulloso de ser de aquí”.

Desde 1968 salió de su natal Nueva Rosita, tierra que lo vio nacer un 2 de junio de 1945 donde radicó la mayor parte de su vida en la colonia Morelos; Se fue con el circo “Bells” a Piedras Negras; ya había estado “echando maromas” en las escuelas, luego con el Fósil andaba de payaso. “Me invitaron Rolando y Jorge Bells, quienes hablaron con mi mamá para pedirle permiso, estábamos muy pobres y yo medía 75 centímetros en ese entonces, mis pantalones estaban parchados y claro que me dejó ir a trabajar, teníamos mucha necesidad”. Su debut fue en Piedras Negras, de ahí se fueron a México, luego Monterrey. Le tocó vivir de cerca la matanza de Tlatelolco pues estaban estacionados en Buena Vista. “ahí vimos los tanques militares y todo”.  Arrancaron una gira por todo el País ese mismo año y en 1969 salieron a Centroamérica  por Quintana Roo hacia Belice, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Colombia, Venezuela y “de ahí me contrataron y agarré el avión hasta Miami, en Sarasota estaba el circo donde me entrenaron. Salimos a recorrer Carolina del Norte,  Carolina del Sur, Chicago, Nueva York, Cincinnati, Baltimore, conocí la torres gemelas, el “million dólar”, pero como dice José Alfredo, el dinero… quién sabe, pero los aplausos aquí los llevó”.

Mario tiene su domicilio en el entronque de las calles Jalisco y Jalapa de la colonia Morelos en Nueva Rosita y cuando llegué estaba viendo televisión a todo volumen, sus vecinos saben que no puede pararse y le llevan alimentos, lo atienden en sus necesidades más elementales. “Me vine para mi tierra y aquí en 1977 entré con los enanitos toreros con quienes duré 22 años, fuimos de nueva cuenta hacia Estados Unidos y Toronto, Canadá. En 1980 ya tenía varias quebradas en mis extremidades porque era muy arriesgado, montaba caballo pony, me arrastraban y daban patadas, me gustaba la adrenalina. Ahora no puedo caminar”. En su vida personal dice que duró cerca de 20 años con una mujer que se quedó con él; “trabajaba ella en un circo y aquí se quedó, tuve 8 de familia con ella; se me murieron 3, me quedaron 5, 4 mujeres y un hombre, cada quien hizo su vida y yo me quede aquí. Ella se me fue de gira artística y se llevó los niños”, comenta entre sonrisas.

“La consecuencia de las andanzas de mi vida es que no camino; mis piernas están muy afectadas además del paso de los años. En 1995 se fue quien era mi compañera, no la detuve, le dije claramente que a fuerza ni los zapatos entran; ya me quité de andar en la farándula y me dediqué a ellos, a las payasadas, con el Fósil, a los cines, a bailar en las ferias, para darles un apoyo a los hijos, en la escuela estaban dos. El más chiquito que también salió chaparrito. De aquí me iba todos los lunes en un taxi hasta Allende o Piedras Negras a buscarlos, porque se cambiaban a cada rato. Les pagaba la renta, la luz. Ella no se había juntado con nadie”.

Hoy vive prácticamente de la caridad humana, esa que él cultivó pues hizo muchas funciones, piñatas y otras actividades a beneficio de asilo de ancianos, de varios municipios, también para los discapacitados, “sin cobrar, porque yo vivía de los niños, ellos me querían porque me veían bajito y me consideraban igual que ellos. Tuve un poco de carisma. Gracias a Dios así fue y aquí sigo, no me canso de agradecer a  Dios, ahora tengo que vivir de la voluntad de la gente, tengo la pensión del 68 y más también”.

“Viene la gente y me trae comida o algo de dinero. Me apoyan. La gente de  Nueva Rosita es más solidaria que la  de otros municipios, aquí se le tiende la mano a cualquiera, le dan un taco y lo dan con el corazón. Donde quiera donde anduve siempre dije donde era mi origen un pueblito minero, entre Piedras Negras y Monclova. Siempre orgulloso de mi tierra”. Conoció a  Jacobo Zabludovsky, Chabelo, María Victoria, Clavillazo, Tin Tan; con Tuntún hizo un reto de baile pero él tenía más colmillo. “Todavía le doy para adelante, si pudiera caminar todavía anduviera. La gente me da calor, yo no podría estar en un asilo de anciano, no puedo estar encerrado. De lo que recibe mensualmente paga el agua y la luz, “me doy mis gustos”.

Aclara que está en paz, “la gente viene aquí conmigo y me ayuda lo que me dan porque tengo que pagar para que me atiendan, para ir al baño, pero no me quejo, tengo ayuda y no nos dejamos vencer, mientras Dios me dé fuerza, seguiremos adelante”.

 

 

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