ADRENALINA
ESTADOS UNIDOS.- El cuarto bat de los Yankees, Lou Piniella, buscaba descifrar algún lanzamiento de un exhausto Fernando Valenzuela. Pero el pitcher mexicano, en su disparo 145 a la goma, hizo abanicar al temible toletero y de esta forma selló la victoria de Dodgers 5-4 en el tercer juego de la Serie Mundial de 1981. Una multitud de 56 mil 236 aficionados, que marcó un récord de asistencia en el Dodger Stadium, ovacionaba de pie al zurdo sonorense.
Era su estreno de Valenzuela en un Clásico de Otoño aquel viernes 23 de octubre de 1981 y el pitcher mexicano, a unos días de cumplir 21 años, lograba salir con los brazos en alto en una de sus aperturas más complicadas en su carrera.
Valenzuela batalló las primeras tres entradas en las que permitió cuatro carreras y cuadrangulares a Bob Watson y Rick Cerone de los Yankees, que se pusieron adelante 4-3. Además, el equipo de Nueva York tenía la ventaja en la serie 2-0, por lo que Dodgers buscaba evitar otra derrota en su primer juego casa.
El lanzamiento de la primera bola, en la ceremonia previa al juego, correspondió al legendario Sandy Koufax, lo que era un buen augurio de que otro gran zurdo de los Dodgers brillaría esa noche.
Fernando Valenzuela no pudo ser abridor en el primer juego de la Serie Mundial debido a que le había tocado lanzar en el definitivo duelo de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional frente a los Expos de Montreal.
El Toro estuvo irreconocible en las primeras entradas, pero un cambio, que poco se ha destacado a lo largo de la historia y que fue clave en la transformación del pitcher mexicano, se dio en la receptoría.
Steve Yeager fue el titular de Dodgers en ese encuentro, pero el receptor habitual de Valenzuela era Mike Scioscia. Con Yeager sólo había hecho batería en dos encuentros de la temporada regular (triunfo y derrota) y en ninguno de la postemporada.
Scioscia se hizo cargo de la receptoría a partir del cuarto episodio. Entonces el zurdo se afianzó en la loma y comenzó con una cadena de seis ceros, que incluyó la novena entrada, la cual retiró en orden para cerrar su extraordinaria actuación con el ponche a Piniella.
Ha sido el partido más difícil en mi carrera”, expresó Valenzuela al término del encuentro. “Traté de poner más velocidad a mis lanzamientos y ponerle más efecto a mis otras pitcheadas, pero el resultado fue negativo, sobre todo en la primera parte, porque no tuve el control. Yo me sentía bien y fuerte, pero no encontraba el pentágono”, agregó.
El bullpen de los Dodgers estuvo en movimiento desde los primeros episodios. Valenzuela iba a ser cambiado por un bateador emergente en el quinto capítulo, pero los Dodgers tomaron la ventaja y el mánager Tommy Lasorda decidió mantenerlo
Pensamos en sacarlo varias veces, pero prefiero ganar o perder con Fernando. Gracias a Dios lo dejé, cuando me dije: ‘Éste es el año de Fernando’”. Su repertorio no le estaba funcionando al principio, pero fue una de las actuaciones más valientes que he visto”, expresó Lasorda.
Valenzuela conmocionó al país con el primer triunfo para un mexicano en una Serie Mundial y frente al equipo más ganador de la historia.
Los Dodgers se encaminaron a partir de esa victoria a ganar tres juegos más al hilo y coronarse.
Las emotivas palabras de Pedro El Mago Septién al término del juego aún derrochan emoción tras casi 42 años.
“¡Bravo por ti, Fernando! Eres en el beisbol oro, mezquita, basílica y cactus. Eres un jugador que tiene el cincel en la mano y la luz en el alma… ¡Nunca olvidaremos esto!”.
