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Argentina y la comunidad internacional, atentas a votaci?n sobre aborto

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AGENCIA NOTIMEX/FACTOR

 

Buenos Aires.?El Senado argentino debat?a el mi?rcoles un proyecto de legalizaci?n del aborto en una hist?rica sesi?n en la que el rechazo parece abrirse paso ante la preocupaci?n de manifestantes abortistas, que esperan que esa tendencia se revierta.

Los 72 senadores decidir?n si apoyan o rechazan la iniciativa aprobada ajustadamente por la C?mara de Diputados el 14 de junio que despenaliza y legaliza la interrupci?n voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestaci?n y que en la tierra del papa Francisco lleg? al Congreso por el empuje mayoritario de agrupaciones feministas.

El debate es seguido con expectaci?n por miles de manifestantes a favor vestidos con prendas verdes y otros muchos en contra que lo hacen de celeste. Los ojos de la comunidad internacional tambi?n se posan sobre Argentina.

El senador opositor Pedro Guastavino, presidente de la Comisi?n de Justicia del Senado, calific? la discusi?n de hist?rica y la compar? con las que derivaron en la aprobaci?n del divorcio en los a?os 80 y del matrimonio igualitario hace ocho a?os.

Guastavino dijo que estuvo en contra de la pr?ctica abortiva y que finalmente comprendi? que ?la ?nica forma de entenderla es desde la salud p?blica?. As?, cuestion? los abortos clandestinos ?que ponen en riesgo la vida? y se?al? que los costos en el sistema de salud disminuyen con pr?cticas seguras.

Los defensores de la iniciativa sostienen que desde 1983 murieron m?s de 3 mil mujeres por abortos clandestinos. En Argentina se calcula que se practican hasta 520 mil abortos anuales, seg?n el Ministerio de Salud.

Sin embargo, Mario Fiad, presidente de la Comisi?n de Salud, cuestion? que el proyecto sea ?violatorio de la constituci?n? y de tratados internacionales suscritos por Argentina.

Asimismo critic? que abra las puertas al aborto sin l?mites ya que lo acepta despu?s de las 14 semanas de gestaci?n en caso de violaci?n o si la vida o salud de la mujer estuvieran en riesgo.

Otros contrarios a la iniciativa han se?alado al respecto que ?sta recoge el concepto de salud de la Organizaci?n Mundial de la Salud, que es ?amplio?, por lo que una mujer podr?a alegar que est? deprimida para llevar a cabo la pr?ctica.

Seg?n los conteos, 38 senadores est?n en contra de la pr?ctica, 31 a favor y habr?a un indefinido, una abstenci?n y una ausencia.

Ambas posturas atraviesan transversalmente a todos los partidos aunque el peso de las provincias norte?as, m?s conservadoras, ha ganado fuerza.

Cerca del Congreso, estudiantes, sindicatos, pol?ticos de izquierda y organizaciones feministas esperaban que la ola verde encuentre un resquicio para avanzar.

Daiana Anad?n, de la agrupaci?n Oleada feminista, dijo a The Associated Press que ella y sus cientos de compa?eras aguardar?n ?hasta el ?ltimo momento porque creemos en el poder de la calle para torcer la situaci?n?.

Anad?n indic? que las feministas no est?n de acuerdo con una tercera alternativa que intenta abrirse paso en el Senado -entre el rechazo y el apoyo a la iniciativa- consistente en la introducci?n de algunos cambios en la versi?n aprobada por los diputados.

Entre ellos est? reducir el l?mite para la realizaci?n del aborto de las 14 a las 12 semanas, permitir la objeci?n de conciencia institucional que demandan centros m?dicos privados y eliminar las penas de c?rcel para los galenos que no aseguren la realizaci?n de la pr?ctica.

Hasta ahora en Argentina el aborto solo est? permitido en los casos de violaci?n y riesgo para la vida o salud de la madre. Sin embargo, el primero de los supuestos no se cumple en todas las provincias. Seg?n la normativa actual, las mujeres se exponen a penas de hasta cuatro a?os de c?rcel por abortar y se castiga del mismo modo a los m?dicos que realizan la pr?ctica.

Organizaciones humanitarias internacionales se han sumado al apoyo al aborto.

?El Senado argentino tiene una oportunidad hist?rica para proteger los derechos de las mujeres al poner fin a este estatus quo injusto y cruel que pone sus vidas y salud en riesgo?, se?al? Jos? Miguel Vivanco, director para las Am?ricas de Human Rights Watch.

Amnist?a Internacional public? la v?spera una contratapa a favor del aborto en la edici?n del New York Times Internacional. Figuras como la escritora Margaret Atwood y la actriz Susan Sarandon se han sumado a la campa?a por el aborto libre, que es apoyado por la mayor?a de los argentinos en varias encuestas.

En pa?ses lim?trofes se sigue el debate con inter?s y hubo muestras de apoyo a los ?pro aborto?. En las tres principales ciudades de Bolivia, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, decenas de mujeres se manifestaron, en algunos casos con pa?uelos verdes, m?sica y pancartas.

A su vez, un centenar de mujeres se manifestaron pac?ficamente al frente de las instalaciones de la embajada argentina en Quito,

Ecuador, donde al son de bombos gritaban: ??Asesinos son ustedes… en abortos clandestinos las que mueren son mujeres!?, en apoyo a la legalizaci?n. Las manifestantes llevaban pa?uelos verdes en los cuellos.

En otro sector cercano al Congreso argentino los antiabortistas sosten?an carteles que rezaban ?Argentina unida por las dos vidas?.

Mar?a Alejandra Santolucito, integrante de la Comisi?n Federal de Abogados por la Vida, dijo que ?al margen de las cuestiones religiosas est? probado que la vida empieza desde la concepci?n?.

Se?al? que si los senadores rechazan el aborto y los abortistas siguen insistiendo en el futuro en el Congreso ?un grupo de abogados seguiremos trabajando para que la ley no se aprueba nunca?.

El papa Francisco ha comparado la pr?ctica con «lo que hac?an los nazis» para cuidar la pureza de la raza, «pero con guantes blancos».

El presidente Mauricio Macri, un confeso ?pro vida?, llam? a respetar las distintas opiniones. El mandatario se ha comprometido a no vetar la ley en caso de que sea aprobada.

Uruguay, Guyana, Cuba y la Ciudad de M?xico son los ?nicos en Latinoam?rica que han legalizado el aborto. En Puerto Rico y en las Antillas y Guayana francesas tambi?n se permite atendiendo a las legislaciones de Estados Unidos y Francia, respectivamente.

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