Home OPINIÓN Aqu? en confianza
Aqu? en confianza

Aqu? en confianza

0
0

 

Iv?n Garza Garc?a

 

Abril, Ingrid, F?tima y muchas m?s

 

En medio del debate sobre la eliminaci?n del tipo penal de feminicidio impulsada ? a decir de legisladores federales ? desde la Fiscal?a General de la Rep?blica, se han producido lamentables hechos que conmocionaron al pa?s entero. Es cierto, el Fiscal Alejandro Gertz Manero se ha dado a la tarea de aclarar sus prop?sitos y, al respecto, ha hecho del conocimiento p?blico que los procesos para investigar y sancionar la referida conducta delictiva ?complican in?tilmente su judicializaci?n?. Se trata entonces ? seg?n lo dicho por el Fiscal ? ?de facilitar la labor de los agentes del Ministerio P?blico, a fin de que ?stos puedan acreditar de forma m?s sencilla los elementos del homicidio en contra de una mujer; esto, ?para proteger a las v?ctimas y darles mayor empoderamiento en la defensa de su vulnerabilidad?.

 

M?s all? de los afanes reformistas en torno al C?digo Penal, no debe olvidarse que el a?o que antecede fue calificado como el m?s violento en la historia reciente de M?xico. Si bien, de los m?s de 34 mil homicidios registrados en este territorio durante el 2019, casi el 90 por ciento fueron perpetrados en contra de hombres, los asesinatos de mujeres laceran profundamente a la sociedad. De acuerdo al mapa nacional de los feminicidios creado por la activista Mar?a Salguero, tan solo en el a?o que reci?n termin?, 3,825 mujeres murieron violentamente en M?xico; 318 al mes; 10 cada d?a. Ellas eran hijas, madres, esposas o hermanas; hoy ya no est?n entre nosotros para contarnos toda la verdad.

 

Cuando la violencia escala hasta la c?spide del odio, la muerte no distingue el entono ni las clases sociales.

 

Abril fue asesinada a tiros el pasado mes de noviembre; sus hijos adolecentes viajaban en el asiento trasero del veh?culo donde fue ultimada. Once meses antes hab?a denunciado al que fuera su esposo por intento de homicidio, pero el delito fue reclasificado a lesiones. Ella ya no viv?a en la CDMX; ante los hechos que pusieron en riesgo su vida, viaj? hasta Monterrey desde donde tramitaba el divorcio y continuaba luchando por la guarda y custodia de sus hijos. Juan Carlos Garc?a es el principal sospechoso de la muerte de Abril. Quien hasta hace poco tiempo se desempe?aba como CEO de Amazon en M?xico, huy? a los Estados Unidos, por lo que la INTERPOL emiti? una orden de b?squeda y captura.

 

Ingrid muri? a manos de su pareja tras sostener una discusi?n. Ambos compart?an un departamento en la Alcald?a Gustavo A. Madero de la CDMX. Francisco Robledo confes? haber matado y desollado a la joven de 25 a?os originaria de Puebla. Ella antes hab?a presentado una denuncia por violencia en contra de Francisco, pero sus declaraciones no hicieron eco en las autoridades. Lo que vino despu?s fue igualmente aterrador; las im?genes de la v?ctima fueron difundidas indiscriminadamente en medios de comunicaci?n tradicionales y redes sociales. La divulgaci?n del material fotogr?fico aument? la ira y la indignaci?n p?blica. Como si morir no fuera suficiente, Ingrid fue revictimizada sin el menor recato.

 

Apenas ayer, en una modesta vivienda en la Alcald?a de Tl?huac, se velaban los restos de F?tima Cecilia. Un peque?o f?retro blanco era el mudo testigo de la incertidumbre y la frustraci?n que enrarec?an el ambiente. El desgarrador llanto romp?a el silencio de la noche en una de las comunidades m?s pobres de las Ciudad de M?xico. Sin duda, ella no deb?a estar ah?; su lugar era la escuela, alguna plaza p?blica o simplemente su casa. Ella deb?a estar aprendiendo a leer con mayor fluidez o jugando con aquella mu?eca a la que ? seg?n algunas im?genes ? le gustaba abrazar cari?osamente. Ten?a tan solo siete a?os; alguien inmisericordemente le arranco la vida.

 

Mucho se ha dicho de la cuestionable labor de las autoridades en este caso; desde los directivos de la escuela que permitieron la salida de la menor a la calle sin que se encontrara su madre para recogerla, hasta el Ministerio P?blico que indic? a los familiares que deb?an aguardar 72 horas para que se abriera la investigaci?n. No, ?sta vez no voy a referirme a ese aspecto.

 

Lo he dicho antes y hoy, incluso con mayor ?nfasis, lo reitero: como sociedad hemos enfermado gravemente. Aqu? no se trata de buscar en el gobierno al culpable de tan terrible flagelo ni mucho menos responsabilizar de la tragedia a los modelos econ?micos anteriores. No es tiempo de analizar el problema desde el punto de vista de los colores y los emblemas partidistas ni debemos aplaudir a los que pretenden dar un sesgo pol?tico al asunto. Culpables somos todos. El remedio para este mal no se encuentra en otro lugar que en cada uno de nosotros. De no asumirlo as?, estaremos condenados a repetir, una y otra vez,? las escalofriantes historias que antes rese??.

 

Lo tom? de un muro de Facebook y aqu? lo reproduzco: ?Si hici?ramos un minuto de silencio por cada v?ctima de feminicidio en 2019, los mexicanos callar?amos durante 63 horas?. Simplemente, sin palabras.

DEJE SU COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *