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Aqu? en confianza

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Iv?n Garza Garc?a

 

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T-MEC; entre agregados te veas

 

 

La ratificaci?n de la nueva versi?n del tratado de libre comercio de Am?rica del Norte, T- MEC, se ha convertido en un verdadero galimat?as por lo que hace a los aspectos de naturaleza laboral; al menos, lo ha sido para el gobierno mexicano, que ? cual si se tratase de esposa (o esposo) a quien no llevaron a la posada ? se aventur? a hacer sonoros reclamos, sin investigar a fondo las razones por las cuales hubo un supuesto ?madruguete? por parte de los vecinos del norte.

 

Luego de que se dio a conocer la iniciativa presentada al Congreso norteamericano por parte del principal inquilino de la Casa Blanca, mediante la cual se pretende que el gobierno de aquel pa?s env?e agregados laborales a sus sedes diplom?ticas en M?xico, la 4T y sus huestes reaccionaron en forma inmediata. Por un lado, el Presiente Andr?s Manuel L?pez Obrador calific? como ?clandestino? el contenido de la citada legislaci?n. ?Se envi? una ley al Congreso (de los Estados Unidos) para la supervisi?n de este tratado que habla de que cada seis meses pueden venir inspectores; habr? cinco inspectores, lo cual no se aprob? en el tratado; esto sale de manera clandestina?, sentenci? el tabasque?o. Por su parte, ni tardo ni perezoso, el Canciller Marcelo Ebrard afirm? que aunque el reci?n firmado acuerdo internacional no se encuentra en riesgo, nuestro pa?s no autorizar? el env?o de supervisores estadounidenses para la implementaci?n de la reforma laboral. Como si lo anterior fuera poco, el Subsecretario para Am?rica del Norte de la Secretar?a de Relaciones Exteriores y principal negociador del mentado tratado,? Jes?s Seade, public? un twitt ?(mismo que borr? minutos m?s tarde) en el que dej? entrever que las decisiones unilaterales de los Estados Unidos son producto de su desconfianza hacia M?xico; adem?s, tan pronto tuvo oportunidad, el funcionario federal vol? hasta Washington para obtener respuestas a sus inquietudes, lo que gener? a?n m?s confusi?n e incertidumbre.

 

Pero, como suele ocurrir en estos casos, ahora se hace del conocimiento del respetable que siempre no hubo ?gol?, ?zancadilla? ? ?letras chiquitas?. Si, amable y ?nica lectora, resulta que todo se trat? de un terrible error en la interpretaci?n de la mencionada iniciativa y que, en todo caso, los agregados que enviar? el T?o Sam no ser?n una especie de polic?as laborales, sino que ?nicamente facilitar?n asistencia t?cnica. As? lo dej? claro Robert Lighthizer, a mayores se?as, Representante Comercial de EU, quien en una atenta carta enviada al susodicho Seade, explic? que ?estos individuos? (as? los llam?) proveen experiencia en apoyo a la misi?n diplom?tica norteamericana y pueden asistir a los gobiernos extranjeros en la mejora de las condiciones de los trabajadores; ?no ser?n inspectores laborales y se apegar?n a todas la leyes mexicanas relevantes?, reza la misiva. ?Ah bueno!, aclarado el punto, los mexicanos debemos confiar en que los referidos visitantes no vendr?n a tierras aztecas con ning?n prop?sito oculto; tampoco servir?n como informantes claves respecto a la aplicaci?n de la reforma laboral en estas tierras, ni mucho menos contribuir?n como enlaces para la aplicaci?n de las medidas proteccionistas que ? eventualmente ? dicte el gobierno norteamericano, las cuales pueden tensar gravemente las relaciones comerciales entre los pa?ses signantes. ?No, eso ni pensarlo!

 

Aqu? en confianza, entre que son peras o manzanas (agregados o inspectores), las que parecen estar escondidas bajo la polvareda son las reglas de origen automotriz que contiene el documento de marras y cuya observancia provocar? muchos dolores de cabeza. Tratar? de explicarme: para evitar el pago de aranceles, el T-MEC requiere que el 75 por ciento de las piezas de un veh?culo se fabrique en una de las tres naciones participantes; adem?s, se determin? que el 40 o 45 por ciento de las autopartes (seg?n se trate de carro o camioneta) sean fabricadas por trabajadores que ganen, al menos, 16 d?lares por hora. Ah? es donde la ?puerca torci? el rabo?, pues la cantidad se?alada significa un ingreso de casi 75 mil pesos mensuales, mismo que corresponde, en el mejor de los casos, a los niveles gerenciales en una planta automotriz. De hecho, de acuerdo a recientes estudios del INEGI, la cantidad de personas que accede a esas percepciones, apenas representa el 0.5 por ciento de la poblaci?n ocupada; dicho de otra forma, solo 269 mil empleados reciben o superan tales ingresos en este pa?s.

 

Ante la presi?n derivada de las obligaciones asumidas, las empresas del ramo optaran, en principio, por cubrir el monto de los aranceles establecidos, en cuyo caso, ser? el usuario el que termine por absorber los altos costos en el precio final; sin embargo, lo que realmente debe preocuparnos es que los inversionistas prefieran migrar sus plantas al ?nico pa?s que ? hoy por hoy – tiene la capacidad para ejecutar las mencionadas disposiciones, Estados Unidos. As?, el magnate convertido en presidente, Donald Trump, habr? de cumplir una de sus promesas de campa?a: recuperar para los norteamericanos los empleos que genera la industria automotriz y de los cuales ven?an benefici?ndose los trabajadores de otras latitudes, entre ellos, los mexicanos.? Alarmante, ?no?

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