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Aqu? en confianza

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Mateo 7:2

 

 

Mientras escribo estas l?neas, ?la cifra de muertos por la explosi?n de un ducto de PEMEX en Tlahuelilpan, aumenta dram?ticamente. De acuerdo con datos oficiales del Gobierno de la Rep?blica, confirmados por el mandatario hidalguense, Omar Fayad, ya son noventa y cuatro los decesos registrados a causa de la cat?strofe, al tiempo que cuarenta y nueve personas ? gravemente heridas – permanecen en hospitales de esa entidad, as? como en otros ubicados en la Ciudad de M?xico y el Edomex; incluso, se ha reportado el caso de un joven de quince a?os que fue trasladado a Galveston, Texas, para ser atendido por personal m?dico especializado. Como si esto fuera poco, hasta el d?a de hoy se han abierto setenta y seis carpetas de investigaci?n por personas desaparecidas en el lugar del siniestro. De ellos poco se sabe; las labores de b?squeda contin?an y sus familias claman ayuda con desesperaci?n.

 

Las desgarradoras im?genes que circularon en medios de comunicaci?n y redes sociales el pasado viernes, dan cuenta clara de los lamentables acontecimientos. ?Las llamas que contrastaban con la obscuridad de la noche, escondieron ? por un momento – ?la magnitud del desastre. Los estremecedores gritos de dolor lograban escucharse en las grabaciones que realizaron quienes ah? se encontraban. Los cuerpos esparcidos en un peque?o radio pod?an distinguirse con cierta facilidad; quienes a?n permanec?an con vida, corr?an tratando de sofocar el fuego que les quemaba la carne.

 

Dicen que los mexicanos sabemos unirnos ante la adversidad; sin embargo, en esta ocasi?n, la sentencia social no se hizo esperar. ?Se murieron por huachicoleros?, mencionaron unos. ?Todos eran delincuentes?, afirmaron otros. Hay los que aseguran que los muertos de San Primitivo fueron v?ctimas de una fallida estrategia contra el robo de combustible; otros m?s alegan que fueron v?ctimas de la pobreza y, finalmente, no pocos aseveran que fueron v?ctimas de su propia imprudencia. Lo cierto es que nadie, absolutamente nadie, merece terminar sus d?as en el contexto de una desgracia. Los que salieron de sus casas con la intenci?n de obtener un poco de gasolina y encontraron una horrenda muerte, fueron v?ctimas y nada m?s.

 

La informaci?n ofrecida por las autoridades respecto al tema nos llega a cuenta gotas. Ahora se sabe que un grupo de militares habr?an detectado e informado sobre la existencia de la toma clandestina y la correspondiente fuga desde las 2:30 de la tarde del viernes y que el cierre del ducto se llev? a cabo hasta las 6:20; es decir, casi cuatro horas despu?s de haberse descubierto el derrame de gasolina y apenas 32 minutos antes de que ocurriera la fatal explosi?n. Igualmente, se ha hecho p?blico que el ducto Tuxpan ? Tula hab?a estado suspendido desde 23 de diciembre del 2018 y fue reactivado el pasado 16 de enero (dos d?as antes del estallido). Adem?s, se inform? que en el lugar se encontraban elementos del Ej?rcito, as? como personal de Seguridad P?blica municipal y de la Agencia Estatal de Seguridad. Se dice que las autoridades alertaron a los pobladores sobre los riesgos de conflagraci?n o de intoxicaci?n debido a la exposici?n a los gases, pero la gente ignor? el llamado. Seg?n el titular de la SEDENA, ante la cantidad de personas que lleg? con la finalidad de ?acarrear? combustible en cubetas, bidones o tambos, los miembros castrenses optaron por hacerse a un lado; ellos ten?an la indicaci?n de no confrontarse con la comunidad y as? lo hicieron. Permanecieron ah? y fueron testigos de los hechos. Lo dem?s ya es historia.

 

Aqu? en confianza, no comparto las ideas de quienes hacen responsable de la tragedia al presidente L?pez; como tampoco estuve de acuerdo (y as? lo manifest? en este mismo espacio) con aquellos que culparon a Enrique Pe?a Nieto de la desaparici?n y muerte de cuarenta y tres estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Ahora, hay quienes lanzan consignas en contra del mandatario nacional y lo llaman ?asesino?, igual que ? en su momento ? lo hicieron con su antecesor. Lo repito, no estoy de acuerdo; sin embargo, no debemos olvidar que el clima de encono e irritaci?n social fue promovido, en buena medida, por quienes ahora defienden a ultranza los postulados de la llamada Cuarta Transformaci?n. De ah? que, hoy por hoy, cobra especial vigencia la cita b?blica que ? para sorpresa de mis escasos lectores ? me permitir? reproducir a continuaci?n: ?Porque con el juicio que juzg?is ser?s juzgado y con la medida que mid?is se os medir?? (Meteo 7:2). Ah? se los dejo para la reflexi?n.

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