Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya resaltó que iniciar un desconfinamiento y luego activarlo de nuevo, aumentaría la impotencia y la desesperanza
Excelsior
CIUDAD DE MÉXICO.- Alargar por tiempo indefinido el confinamiento para frenar la propagación de Covid-19 puede provocar angustia, desmoralización y frustración, por lo que éste debe ser levantado gradualmente, estableciendo fechas para regresar a la normalidad, aseguraron investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Estudios de la UOC difundidos en México, plantean que ante estados no deseados, como es el caso de la cuarentena, el cerebro humano se relaciona mejor con aquellos que tienen fecha límite para concluir.
De acuerdo con José Ramón Ubieto, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, si bien no se debe levantar la cuarentena antes de tiempo, se deben establecer plazos, los cuales deberán irse cumpliendo, para no afectar la salud mental de las personas.
“Generar expectativas seguidas de frustración es una alternancia muy negativa, porque creer que has salido del túnel y de repente tener que volverte a encerrar es muy frustrante”, advirtió.
En el mismo sentido, la psicóloga de la misma universidad, Mireia Cabero, expuso que alargar indefinidamente la cuarentena, sin cumplir los plazos establecidos previamente, puede traer consigo descontento social.
“Iniciar ahora un desconfinamiento para activarlo de nuevo aumentaría la impotencia y la desesperanza e incluso el enfado hacia las instituciones que han impulsado el desconfinamiento parcial”, aseguró.
Cabero agregó que poner una fecha límite, aunque sepamos que no tiene por qué ser definitiva, ayuda, “porque el cerebro se relaciona mejor con estados no deseados que tienen fecha de caducidad que ante la incertidumbre sin límite. Aumenta su capacidad de llenar este tiempo limitado de intenciones y esfuerzos”.
Recomendó para cada persona en confinamiento, aceptar lo que ocurre, utilizar productivamente su tiempo y establecer metas a corto plazo sobre su persona, su vivienda y su ocupación, con la certeza de que esta circunstancia pasará.
Ambos investigadores coincidieron en que cada persona afronta el confinamiento de distinta forma, dependiendo de sus circunstancias, pero en todos los casos significa salir de su zona de confort.
“El estado natural de las personas es la libertad, y esta es la situación a la que todos queremos regresar. Somos seres sociales, de acción, de vida exterior”, dijo Mireia Cabero.
José Ramón Ubieto recordó que en grandes ciudades hay personas viviendo con otras en una sola habitación, muchas sufriendo por no poder ver a familiares vulnerables dependientes o enfermos, y además hay personas que necesitan salir porque la tensión intrafamiliar.
