FACTOR
ROMA, ITALIA.- A más de 10 mil kilómetros de su natal Ensenada, Baja California, Isaac del Toro todavía intenta procesar lo que logró en el Giro de Italia 2025. Con apenas 20 años, el joven ciclista mexicano hizo historia al terminar en la segunda posición de la clasificación general, un resultado sin precedentes para el ciclismo mexicano y latinoamericano en una de las tres grandes vueltas del calendario internacional.
Del Toro, líder del equipo UAE Team Emirates, se convirtió en uno de los protagonistas absolutos de la competencia tras portar la maglia rosa durante once etapas, batallando codo a codo con los mejores ciclistas del mundo en terrenos montañosos, cronos y jornadas extenuantes que pusieron a prueba su resistencia física y mental.
A pesar del podio en Roma y del impacto mediático que ha generado en México, Isaac mantiene los pies en la tierra. Confiesa que aún no logra dimensionar del todo la repercusión de su hazaña.
“No estoy consciente de lo que he generado en México. Siempre estoy bien lejos. Estoy 10 u 11 meses fuera. Cada vez que voy a mi ciudad o con mis seres queridos, los veo y no quiero ser lo que la gente cree que soy. Sigo siendo la misma persona. Es increíble tener a México atrás”, expresó con humildad el ciclista, visiblemente emocionado tras cruzar la meta final en la capital italiana.
Del Toro aseguró que planea regresar a México a finales de año, cuando el calendario lo permita, para reconectar con sus raíces y seguir forjando una identidad como atleta y como persona.
“Sigo trabajando, iré a México a final de año. Para tratar de sacar la mejor versión como mexicano”, señaló.
El sueño apenas comienza
Aunque logró una de las mayores gestas en la historia del ciclismo nacional, Isaac tiene claro que aún hay mucho por recorrer. Más allá de lo económico o la visibilidad ganada, para él lo más importante es no perder la esencia ni el foco.
“No ha cambiado mucho mi vida. Sigo disfrutando lo mismo. Obviamente me van a pagar un poco mejor, eso es algo difícil que no todos podemos hacer a la primera. El equipo está súper feliz de verme ahí. Estoy triste porque perdí, pero cuando pienso lo difícil que es, es increíble cuando todo sucedió”, reflexionó.
A lo largo de las tres semanas del Giro, Del Toro demostró madurez, temple y carácter. Contra todos los pronósticos, resistió los embates en la montaña, supo manejar la presión mediática y mantuvo la compostura como si fuera un veterano, aunque esta fue su primera participación en una gran vuelta.
Un aprendizaje que va más allá del podio
El joven mexicano también compartió los aprendizajes más valiosos que le dejó esta dura pero inolvidable experiencia. Reconoció que, más allá de los títulos y los tiempos, lo más significativo fue comprobar que sí tiene el nivel para competir con los grandes.
“Me quedo con la idea de que pude ser capaz de pelear una gran vuelta. Esa era una gran incógnita. Me motivó mucho que dijeran que no iba a poder en la montaña, que trataron de romperme con comentarios. Fue increíble tener a todo el equipo a mi disposición, dándome confianza para ganar”, explicó.
Con la voz entrecortada, Del Toro admitió que esta experiencia fue una lección de vida tanto para él como para sus compañeros, algunos de los cuales ni siquiera pudieron terminar la carrera.
“Me probé a mí mismo, más que a todos los demás, que en realidad podía. Es algo muy difícil de realizar. El equipo miraba algo que yo no miraba. Aprendí que el trabajo duro te paga todo lo que haces. Seguiré trabajando, no ha sido nada fácil. Ha sido durísimo para mis compañeros, dos ni siquiera terminaron. Esto lo hice tratando de sacar mi mejor versión para ellos, no se merecían nada menos”.
Con su actuación en el Giro de Italia 2025, Isaac del Toro no solo escribió su nombre en los libros de historia del ciclismo, sino que encendió la esperanza de toda una generación de jóvenes mexicanos que sueñan con competir en el máximo nivel. El “Torito” ya es un símbolo, aunque él todavía no lo sepa.
