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El Real Madrid cae ante el Arsenal y queda fuera de la Champions

El Real Madrid cae ante el Arsenal y queda fuera de la Champions

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MADRID, ESPAÑA. – El sueño europeo del Real Madrid llegó a su fin antes de lo esperado. En una noche gris para los blancos, el Arsenal impuso su ley en el Santiago Bernabéu y firmó un contundente 1-2 (global 1-5) que selló el pase de los ‘gunners’ a las semifinales de la UEFA Champions League, por primera vez desde 2009. Fue un Miércoles Santo de emociones en la grada, pero de frustración y desilusión sobre el césped.

El conjunto dirigido por Carlo Ancelotti fue una sombra del campeón habitual, sin chispa, sin colmillo y con una desconexión preocupante entre las intenciones y la ejecución. Vinícius Júnior maquilló el resultado al empatar momentáneamente el gol inicial de Bukayo Saka, pero en el tiempo añadido Gabriel Martinelli silenció definitivamente al Bernabéu, que ya veía cómo se escapaba la remontada antes de ese último golpe.

Un inicio con más pasión que fútbol

El Santiago Bernabéu vivió una previa de partido cargada de mística. La hinchada blanca empujaba, sabedora de que la tarea era titánica tras el 3-0 en Londres. Durante los primeros compases, el equipo respondió con una presión alta y algo de energía, pero sin claridad en el último pase ni contundencia en las áreas.

La primera gran ocasión fue para el Arsenal: penalti a favor tras un agarrón de Asensio a la salida de un córner. Bukayo Saka intentó sorprender con un penalti a lo ‘panenka’, pero Thibaut Courtois, siempre gigante en estas citas, adivinó la intención y mantuvo viva la esperanza merengue.

Poco después, el árbitro François Letexier señaló penalti a favor del Madrid por un agarrón a Mbappé, pero el VAR intervino y lo anuló por fuera de juego previo. Fue un golpe anímico para el público y un punto de inflexión en el partido. El Real Madrid, a pesar de tener la posesión, no lograba generar peligro real sobre la portería de David Raya.

Un Arsenal superior en todo

El Arsenal fue un equipo con plan y personalidad. Supo controlar los tiempos del partido, aguantar los intentos desordenados del Madrid y castigar con precisión cuando tuvo la oportunidad. Con una defensa sólida y una ofensiva vertical, los de Mikel Arteta ofrecieron una clase magistral de cómo jugar con y sin balón.

En el segundo tiempo, a pesar de algunos intentos iniciales del Real Madrid, el Arsenal golpeó primero con una gran jugada colectiva que culminó en el gol de Saka, esta vez sí con definición perfecta. El 0-1 parecía definitivo, pero un error en la salida del Arsenal permitió que Vinícius marcara el empate y encendiera por un momento la esperanza.

Sin embargo, el Madrid nunca logró transformar esa emoción en fútbol. Las entradas de Ceballos, Endrick y Fran García no cambiaron el guion, y la lesión de Kylian Mbappé –que salió entre silbidos tras un duro golpe con Declan Rice– terminó por desdibujar al conjunto blanco.

Cuando el partido ya moría, Gabriel Martinelli aprovechó una contra letal para poner el 1-2 definitivo y terminar de sepultar cualquier ilusión blanca.

Fracaso europeo y dudas de cara al futuro

La eliminación en cuartos de final supone un duro golpe para el Real Madrid, que no caía antes de semifinales desde 2020. El club pierde su mayor objetivo de la temporada y, aunque aún compite por LaLiga –a cuatro puntos del FC Barcelona– y tiene una final de Copa del Rey en el horizonte, las sensaciones no son las mejores.

El Arsenal, por su parte, celebró en terreno hostil una clasificación histórica, mostrando que está de vuelta entre los grandes del continente.

¿Fin de ciclo o simple tropiezo?

El planteamiento de Ancelotti, la falta de hambre competitiva de varios referentes y las decisiones arbitrales discutidas serán temas de debate en los próximos días. ¿Faltó liderazgo? ¿Sobró confianza? ¿Se ha apagado la mística de las noches mágicas en el Bernabéu?

Lo cierto es que el Real Madrid quedó eliminado de Europa sin apelar realmente a la épica que tantas veces lo salvó. Esta vez, la historia no fue suficiente. Y su afición, entre aplausos resignados y ausencias prematuras en las gradas, lo entendió mejor que nadie.

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