
Por/Factor
Estados Unidos.- La incertidumbre sobrevuela un escenario global cada vez más volátil. Cinco años después de la pandemia, la economía mundial ha demostrado una capacidad de recuperación que entonces parecía inalcanzable, con las cadenas de suministro restablecidas y una inflación que comienza a moderarse. Sin embargo, aunque algunos nubarrones se han disipado en 2024, otros de magnitud impredecible amenazan con cubrir el futuro económico y político. La guerra en Ucrania, las tensiones entre Estados Unidos y China y los estragos del cambio climático siguen marcando el paso, mientras que nuevos desafíos, como la fragmentación gubernamental en Europa, elevan la inseguridad. Los expertos consultados coinciden en que la geopolítica será clave para definir el rumbo de la agenda mundial.
La vuelta de Donald Trump a la presidencia de EE UU el 20 de enero inaugurará esta etapa con el potencial riesgo de alterar equilibrios globales, ya que cualquier movimiento de la economía más potente del mundo repercute a escala internacional. Entre las preocupaciones más evidentes para los analistas está la consolidación de políticas proteccionistas y la imposición de aranceles elevados a los productos extranjeros: un 25% aplicable a todos los bienes procedentes de México y Canadá y un 10% adicional a las tarifas ya establecidas para las importaciones desde China.
Las subidas de aranceles y las rebajas masivas de impuestos de Trump amagan con lastrar el PIB mundial
“La duda es si se va a verificar su idea de establecer una guerra comercial con todo el mundo o simplemente va a utilizarla como fórmula negociadora para conseguir ventajas”, apunta Enrique Feás, investigador principal del Real Instituto Elcano. Para el experto, hay matices a tener en cuenta: “Más importante que se suban muchos aranceles es que eleven unos y otros no, es decir, que haya una distorsión de precios relativos en un juego de presión en diferentes sectores”.
La influencia también permea al ámbito tributario. “Deberemos tener en cuenta en qué se traducirá su política fiscal y si realmente acometerá rebajas masivas de impuestos como ha anunciado”, añade Judith Arnal, investigadora principal del Real Instituto Elcano y del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS). El próximo presidente de EE UU se ha comprometido a reducir el impuesto de sociedades desde el 21% hasta el 15% y a no poner en marcha ninguna medida que aumente la presión fiscal. Sin embargo, Feás subraya que las consecuencias pueden provocar un efecto adverso: “Las políticas de Trump, basadas en subir aranceles, reducir la inmigración y rebajar impuestos, son inflacionistas”. La última encuesta mensual de Bloomberg confirma el diagnóstico tras la victoria del republicano: la previsión para 2025 apunta a un crecimiento promedio del 2,5% del índice PCE subyacente, principal indicador de inflación de la Reserva Federal (Fed).