13 años de la inundación de 2010
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. -Los recuerdos llegan de aquellos momentos difíciles pero llenos de solidaridad, de unión y fe en la Región Carbonífera. Una cosa es bien cierta: lo más importante es nuestra Fe en Dios y la grandeza de su gente, esa solidaridad tan característica de las personas que aquí radican. Es evidente en cada situación que vivimos, la forma en que los vecinos, la familia, todos, se unen para sacar adelante diversas acciones, así que aquella noche del 5 de julio de 2010 (una noche muy larga, donde nadie durmió) no fue la excepción, una vez más quedó comprobada.
Todos los sabinenses y neorrositenses tenemos grabada en nuestra mente lo ocurrido. Jamás podremos olvidar ese día eterno; sacando muebles por la mañana y personas durante la noche, atendiendo, rescatando, ayudando…el tiempo ha transcurrido y nos lleva a pensar que la vida es solo un instante y los bienes materiales aquí se quedan, sean de cualquier dimensión. Porque eso sí, aprendimos la lección de golpe: lo más valioso es la vida. Lo demás se recupera. Con la inundación la mayoría de las familias salieron tan solo con la ropa que vestían. No alcanzaron a sacar nada más por el embate de la naturaleza.
Los gritos, el llanto… el miedo a lo que estaban viendo y que jamás pensaron que podía ocurrir. Atrás quedaron las inundaciones anteriores, del 21 del 70… ninguna ha sido como la de 2010 que llevó al río hasta la plaza principal donde corrió a raudales, rebasando la vía del tren hasta llegar a la colonia Centenario. Los arroyos como “Blanco” y “Aguililla” no fueron capaces de retener en su cauce el agua, esta salió, se desbordó…. todo era caos aquella tarde-noche.
Desde el 3 de julio se anunció por los entonces alcaldes Antonio Nerio Maltos y Chuma Montemayor que la inundación de dimensiones incalculables, pero todos nos negábamos a creer que sucediera. Hubo quienes, a pesar que en varias ocasiones les pidieron salir de sus domicilios no lo hicieron y ya por la noche no hallaban como salvar su vida; ya no sus bienes materiales, sino su vida. Trece años se cumplen ya de la contingencia que provocó el paso del huracán “Alex”. Tiempo en el cual, los sabinenses hemos dado cuenta de innumerables muestras de solidaridad entre hermanos, entre vecinos, entre todos.
Momentos que están grabados en la mente de quienes aquí vivimos, por muchas cosas. Definitivamente debemos citar al Sabinas antes y después de la contingencia. No es el mismo. La gente de este municipio es bastante fuerte y así lo demostró, ayudándose unos a otros; hubo familias que se dieron a la tarea de sacar a sus vecinos en sus vehículos a pesar del riesgo de que sus unidades quedaran inservibles y lo hicieron con la única intención de ayudar sin esperar nada a cambio.
Otros más a pesar de la fuerza del agua, se introdujeron en los arroyos para hacer “mano cadena” y ayudar a quienes se habían quedado varados. Lo que yo le pueda decir es poco. Usted lo vivió. Aunque el puente “Cuates” impidió el paso, el ferrocarril fue la vía de acceso. Insisto: Sabinas es grande, siempre ha sido grande por su gente, por todos, porque cada quien puso su granito de arena.
