
Tren Saltillo–Nuevo Laredo llevará a Coahuila a nueva conectividad en el noreste
Por: Cristina Flores Cepeda
Coahuila. – El tren de pasajeros Saltillo–Nuevo Laredo representa una estrategia Federal para integrar regiones productivas, facilitar la movilidad laboral, aumentar la competitividad industrial y, sobre todo, impulsar un desarrollo más equilibrado entre los municipios de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. En Coahuila, particularmente, el proyecto que desarrolla la Secretaría de Infraestructura., Comunicaciones y Transportes, bajo la planeación de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, cobra una dimensión estratégica.
Municipios como Saltillo, Ramos Arizpe serán los motores que propicien un nuevo ciclo de crecimiento industrial, urbano y social. La ruta Saltillo–Nuevo Laredo fue incluida como una de las primeras cuatro en desarrollarse dentro del Plan Nacional del Tren de Pasajeros, que apunta a 3 mil kilómetros de vías férreas para el sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo. La decisión, según Andrés Lajous Loaeza, titular de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), responde a criterios de demanda y autosuficiencia operativa:
“Estamos comenzando por los trayectos que registran una demanda más sustantiva y que, por sí solos, pueden ponerse en operación sin depender de la conclusión de toda la red nacional”, explicó el funcionario. En efecto, la dinámica entre Saltillo, Monterrey y Nuevo Laredo ha mostrado un crecimiento sostenido en su actividad económica e interconectividad social. La expansión industrial en polos como Derramadero, donde diariamente ingresan más de 18 mil trabajadores, ha generado una presión constante sobre las vías de comunicación.
La incorporación de un sistema ferroviario moderno aliviará esta carga, mejorará la calidad de vida de miles de familias y abrirá nuevas posibilidades de empleo, comercio y servicios. Con una inversión pública que forma parte de los 80 mil millones de pesos destinados a la primera fase ferroviaria nacional, la línea Saltillo–Nuevo Laredo tendrá 394 kilómetros de vía sencilla, tendrá velocidades de hasta 200 km/h y moverá anualmente alrededor de 5.5 millones de pasajeros.
Se estima que esta conexión beneficiará directamente a 3.78 millones de personas en 38 municipios de los tres estados involucrados, siendo Coahuila un protagonista clave del desarrollo. Municipios como Saltillo y Ramos Arizpe, tradicionalmente ligados a la industria automotriz, manufactura y producción de acero, se beneficiarán doblemente: por la mejora en la movilidad de sus trabajadores y por el potencial para atraer nuevas inversiones industriales.
Derramadero, que hoy cuenta con parques industriales como Alianza y el complejo Daimler, se proyecta como una futura ciudad industrial con capacidad para albergar a más de 130 mil personas; este nodo se convertirá en uno de los principales puntos de conexión ferroviaria del país. El tren pasará también por municipios como García, Santa Catarina, Monterrey, Escobedo, Anáhuac y Nuevo Laredo, en una ruta que entrelaza zonas metropolitanas, industriales, agrícolas y fronterizas. La lógica de esta integración es productiva y social, ya que con su operación se busca reducir las desigualdades territoriales al facilitar el acceso a empleos, educación, salud y cultura.
“Es una zona industrial que ha estado creciendo muchísimo y que tiene poca vivienda, pero mucha industria. La conectividad ferroviaria va a equilibrar esta dinámica, acercando las personas a los centros de trabajo y servicios”, detalló Lajous.
Lo que viene: licitación e inicio de obras
Las convocatorias para el tramo Saltillo–Nuevo Laredo ya fueron publicadas. Durante la primera semana de junio se presentarán las propuestas técnicas y de financiamiento a la SICT —encabezada por Jesús Antonio Esteva Medina— y a la ARTF. El fallo se dará a conocer en la cuarta semana de julio, con el inicio de obras previsto para el segundo semestre de 2025; se contempla que el tren comience a operar en 2028.