Tristeza oculta. Parte I
Despert? al escuchar el llanto de su peque?a hija. Intent? varias veces abrir los ojos, pero estaban demasiado h?medos, y la humedad no le permit?a ver. Despu?s de varios intentos, tom? como pudo un pedazo de s?bana para limpiarlos y fue cuando se dio cuenta, que estaban cubiertos de sangre. Su coraz?n se aceler? […]